La copia y distribución no autorizada de contenidos con copyright es un problema de mueve mucho dinero en todo el mundo y que las empresas de la industria del ocio están como locas por resolver. Es por ello que las empresas que luchan contra la piratería siempre están tratando de encontrar nuevas maneras de impedir que la gente comparta estos contenidos on-line. Esto es algo que también llega al mundo de los ebooks introduciendo nuevas marcas de agua en los libros con el fin de realizar un seguimiento de los contenidos vendidos y proporcionar un rastro fiable en caso de ser investigados.

Este es un sistema recientemente implantado por la editorial Verso llamado social DRM y que se negó a retirar de un libro del autor Aaron Swartz, a lo que el IBI (Institute for Biblio-Immunology) respondió considerando que estos métodos pueden violar la privacidad de los compradores de libros digitales.

Esta marcas de agua ofrecen los mecanismos de DRM tradicionales sin dificultar en ningún momento la compatibilidad de archivos con los dispositivos, sin embargo el IBI afirma que tiene graves implicaciones que afectan a la privacidad de los archivos «marcados».

Todo comenzó cuando la editorial Verso Books publicó una versión del libro electrónico de Aaron Swartz titulado “The Boy Who Could Change the World”con una marca de agua BooXtream. El problema viene debido a que BooXtream incluye los datos personales del comprador del libro electrónico además de datos del título en sí, quedando todo ello incrustado en el archivo para siempre. Con esto se logra que si el libro se difunde de manera «ilegal» a través de la Red, el comprador se hace responsable. Tras ello se pidió a la editorial eliminar esta marca debido a que podría violar la privacidad de los compradores, petición que fue denegada.

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Tras esto los investigadores han publicado un extenso artículo sobre el llamado social DRM BooXtream donde se explica cómo funciona el sistema y llegando a la conclusión de que los libros deben informar a los compradores, no violar su privacidad. De hecho según declaraciones de los mismos, “los libros deben ser utilizados como herramientas para la difusión del conocimiento y la información y no utilizar un DRM que los conviertan en herramientas de vigilancia y opresión mediante el control de lo que se hace con ese conocimiento”.

IBI va más lejos aún, ya que según ellos aquí entran en juego cuestiones más importantes y que afectan a la libertad en determinadas regiones. Mientras que generalmente la gente en occidente tiene la libertad de leer los libros que quieran, no es así en todo el mundo. Si por ejemplo un libro electrónico con una marca de agua de este tipo, por lo que lleva el nombre de quien lo compró, fuese un título prohibido por el país donde vive el comprador, esa persona podría verse en serios problemas. De hecho si los agentes de ese país llegan a conocer la marca de agua del libro, podrían detener al comprador del ebook con las pertinentes consecuencias.

¿Consideráis este BooXtream como un sistema aceptable para luchar contra la piratería de los ebooks?

 

Fuente: TorrentFreak | adslzone