Aún queda lejos la predicción exacta de estos modelos, ya que el poder de computación de los ordenadores actuales está limitado, y los modelos de predicción tienen que ser limitados para poder ofrecer una predicción en un espacio temporal adecuado. Ni siquiera los superordenadores de la NASA son capaces de analizar todos los datos que querrían.

Más potencia, más precisión

A pesar de ello, estos superordenadores de la NASA han tenido un cambio abismal entre 2005 y 2015. Los modelos de predicción se basan en dividir La Tierra en pequeños “cubos”, y se estudia qué pasa en cada porción. La mejora de la potencia de predicción viene dada en que esos cubos se hagan cada vez más pequeños, lo cual aumenta la precisión del modelo, al igual que ocurre con los píxeles en las fotografías. Cuantos más píxeles, mayor resolución tendrá la imagen y menos información se perderá. En los últimos 10 años, el tamaño de los cubos se ha reducido de 50 kilómetros a 13.

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En esta simulación del Katrina, se puede ver la diferencia de precisión de aplicar la tecnología actual frente a la de 2005. De hecho, el modelo de 2005 no predijo correctamente la presión atmosférica, equivocándose en más de 50 milibares (955 de la predicción frente a los 902 reales)

El aumento de la potencia ha permitido a los ordenadores hacer modelos muy precisos, que permiten salvar la vida de miles de personas. Los científicos pueden además hacer pequeñas variaciones, para ver las posibles trayectorias que puede tomar un huracán, y las posibles variaciones de intensidad.

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Gracias a un sistema de la NASA llamado Global Precipitation Measurement (un medidor de la cantidad de precipitación), los meteorólogos pueden saber la cantidad de agua que está cayendo en un momento determinado, y unir esos datos al modelo de predicción. Estos datos están disponibles en webs como Alarma de Lluvia, que cuenta con aplicación para móviles.

 

Fuente: NASATechCrunch | adslzone