Es esta masificada proliferación la que preocupa a los pilotos de aviones comerciales. El espacio aéreo está ordenado en carreteras invisibles para los usuarios. Los aviones comerciales las tienen programadas, y las siguen ordenadamente. El problema es que los usuarios, al no conocerlas, pueden acceder a ellas con sus drones, lo cual puede generar un grave problema de seguridad para los aviones, ya que, si el drone impacta contra el motor, la aeronave casi seguro que acabaría estrellándose. Algo así estuvo a punto de pasar en Bilbao a principios de semana, cuando 3 drones volaban a 900 metros de altitud y un piloto tuvo que esquivarlos. Es conveniente, por tanto, recordar las principales normas referentes al vuelo de drones.

Lejos de los aeropuertos, por favor

En España, si se va a volar un drone, hay que hacerlo en una zona a un mínimo de 8 kilómetros de distancia de un aeropuerto. En el indeseable caso de que se quisiera volar un drone cerca de un aeropuerto, habría que avisar al aeropuerto y a la torre de control.

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Además, está prohibido utilizarlos en zonas urbanas y aglomeraciones de personas. Para conocer las zonas de vuelo permitidas, en la web de Enaire se pueden encontrar las zonas, divididas entre A y G, siendo A la de mayor seguridad, y las últimas, F y G, las de uso lúdico y en las que se puede volar con los drones. Si incumples alguna de las normas de vuelo, puedes recibir multas desde 600 euros hasta 300.000 euros, así que hay que ir con cuidado.

Respecto a la distancia de vuelo, los drones no pueden volar a más de 120 metros de altura del suelo, y no debe estar a más de 500 metros de nosotros, para evitar perder el alcance visual. Está también prohibido usarlos de noche, y es recomendable no hacerlo si hay mala visibilidad o mal tiempo. Y, por supuesto, nunca utilizarlos bajo los efectos del alcohol o drogas.

Por último, si vas a utilizarlo para fines comerciales, necesitas sacarte una licencia. En Estados Unidos, además de toda esta serie de normas, tienen una regulación un poco más rigurosa. Allí, por ejemplo, los drones necesitan ser matriculados, lo cual te da una sensación de que lo que tienes entre manos no es un juguete y necesitas utilizarlo con cuidado.

A pesar de todo esto, la normativa sobre los drones está muy verde, y tanto en Estados Unidos como en España todavía están perfilándose unas leyes más meticulosas sobre este tema.

 

Fuente: adslzone