Hay estudios que revelan que este mismo año habrá 6,4 millones de cosas conectadas a Internet en todo el mundo, un 30 por ciento más que en 2015, por lo que se estima que alcanzaremos los 20,8 millones de objetos conectados en 2020. Esta emergente tecnología afectará a todo tipo de entornos, aunque una de sus principales aplicaciones estarán dentro de nuestro propio hogar. Por definición un «hogar inteligente» es una casa que incorpora sistemas de automatización avanzados para proporcionar a los habitantes sistemas de vigilancia y control remoto sobre diversas funciones y aparatos de la misma. De ese modo una casa inteligente puede proporcionar control de la iluminación, temperatura, varios métodos de comunicación, operaciones sobre puertas y ventanas, alta seguridad o la capacidad para reponer automáticamente diversos suministros.

En este último aspecto es donde entran en juego los llamados micropagos, sistemas de reposición automáticos con pago seguro que permiten al propio aparato completar todo el ciclo de adquisición sin ningún tipo de participación de los usuarios. La pregunta es, ¿será esto realmente seguro?

Varios de estos dispositivos inteligentes se han podido ver en la pasada feria CES de Las Vegas, productos capacitados para reponer y pagar los suministros de forma automática. Sirva como ejemplo los frigoríficos de Samsung, que cuentan con una pantalla LCD que funciona como un centro de comunicaciones y tres cámaras interiores que cada vez que se cierra la puerta hacen un balance de su contenido y los transmite al smartphone del usuario. Así estos pueden seleccionar los artículos necesarios para que el refrigerador haga el pedido correspondiente, compra que se lleva a cabo tras el tecleo de un PIN de cuatro dígitos para que el cargo en la tarjeta se haga efectivo.

Pero ¿qué pasaría si la conexión a Internet se pierde o la WiFi no funciona bien? Digamos que el aparato realiza un pedido, pero no puede completar el pago por el problema que sea, el sistema probablemente no esté capacitado para hacer frente a estos imprevistos. Por otro lado los aparatos inteligentes actuales sólo conectan con determinados proveedores que limitan sus productos, métodos de pago y precios. Como la conexión se realiza de forma automática, perdemos la oportunidad de buscar mejores ofertas u otras formas de pago.

Otro apartado de suma importancia es el relativo a la seguridad, ya que hoy en día muchos consumidores aún se muestran reticentes a la hora de hacer pagos móviles debido a su temor a los ataques cibernéticos. Y es que a nadie le pasa por alto que en el momento en el que este tipo de electrodomésticos empiecen a instaurarse en nuestros hogares, los ciberatacantes se irán actualizando. Así estos atacantes podrán introducirse en los sistemas de los electrodomésticos y obtener datos de pago, números de tarjetas de crédito y códigos PIN. Además es posible que los mismos atacantes cibernéticos puedan penetrar en los sistemas de seguridad inteligentes de nuestras casas para desbloquear las puertas y ventanas, por ejemplo.

¿Consideráis las casas inteligentes como una alternativa de futuro a corto plazo?

 

Fuente: Techcrunch | adslzone