Parece que el conflicto entre las empresas de transporte de España y los servicios de transporte entre particulares como Uber o BlaBlaCar va ir para largo, ya que mientras que los primeros han pedido la retirada de estos servicios, la Comisión Europea no quiere prohibirlos. BlaBlaCar ya lleva entre nosotros bastante tiempo, pero Uber ha desembarcado no hace mucho en la ciudad de Barcelona. Este servicio funciona de forma similar a los taxis, solo que no es una actividad profesional y cualquier persona puede ofrecer su coche para realizar un viaje. Los taxistas de Barcelona ya han realizado varias protestas, aunque como os contamos la semana pasada, el manager de Uber para Europa Occidental y del Norte, Pierre-Dimitri Gore-Coty, considera que su empresa no es una amenaza para nadie, por lo que cree que lo que debe hacerse es cambiar de mentalidad y modificar la regulación.

Los taxistas profesionales piden la retirada de Uber porque consideran que es una actividad remunerada por la que no se pagan impuestos ni se requiere de licencia y les hace una competencia desleal. Además, aseguran que no se ofrece ninguna garantía o seguridad a los clientes. Por su parte, Uber señala que eso es totalmente falso, ya que cuentan con una cobertura de hasta 5 millones de dólares que incluye todos los desplazamientos en España, además de que controlan a todos los conductores (les exigen no tener antecedentes penales) y confían en el sistema de valoración como garantía adicional. Sin embargo, el camino de Uber parece estar lleno de piedras. Por ejemplo, en Bruselas se ha prohibido su utilización mientras que en París se ha tenido que modificar el servicio para adaptarse a la reglamentación, lo que ha provocado una merma en su utilidad. En Barcelona, la Generalitat de Cataluña ha abierto un expediente informativo para estudiar el nuevo sistema de transporte porque consideran que rompe las reglas establecidas.

Más variedad de precios e impulso del crecimiento económico y del empleo

Al corriente de todo esto se encuentra la Comisión Europea y, a través de uno de los portavoces comunitarios de Agenda Digital, Ryan Heath, ha manifestado que “nadie dice que los conductores de Uber no deban pagar impuestos, respetar las normas y proteger a los consumidores. Pero prohibir Uber no les da la oportunidad de hacer las cosas bien”. Para Heath, estos nuevos servicios innovadores ofrecen a los consumidores mayor variedad a la hora de realizar viajes, además de precios más competitivos, e impulsan el crecimiento económico y el empleo. Por su parte, en su día, cuando el servicio fue prohibido en Bruselas, la comisaria europea Noelia Kroes se mostró indignada por la decisión y consideró que no era un intento de “proteger o ayudar a los pasajeros, sino un cartel de taxis”. La postura de Europa parece estar clara en esta cuestión.

¿Tienen futuro Uber y el resto de servicios similares?

Queda ver qué ocurre en el futuro con Uber y el resto de servicios como BlaBlaCar. Sin duda, los gremios profesionales no van a dar su brazo a torcer y continuarán luchando para que se retiren estos servicios que tiene entre sus inversores al todopoderoso Google. Las razones de los gremios son coherentes, pero deben de tener en cuenta que estas actividades no son ilegales, ya que las normativas actuales no contemplan casos como el de este tipo de servicios, por lo que lo más recomendable sería llegar a un acuerdo a tres bandas, entre los servicios innovadores, los gremios profesionales y los gobiernos para considerar la actual economía de los ciudadanos y hacer un cambio en las regulaciones que satisfaga a todos y beneficie finalmente al consumidor, aunque es probable que esto lleva bastante tiempo.

¿Crees que Uber o BlaBlaCar acabarán siendo prohibidos? ¿Crees que son servicios complementarios a los de los gremios profesionales?

 

Fuente: El País | adslzone