El hábito de asistencia al cine en España se ha ido perdiendo de una forma alarmante en los últimos años. El EGM, realizado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) con el objetivo de estudiar el consumo de medios en nuestro país, muestra con claridad cómo el porcentaje de ciudadanos que declaran no acudir a las salas de cine ha crecido en cuestión de 10 años.

El documento del último año móvil (tres últimas oleadas) con datos de febrero a noviembre de este año refleja un 57,4% de ciudadanos que reconocen no tener el hábito de acudir al cine. De este modo, casi seis de cada 10 admiten otras formas de ocio o de consumir cine en lugar de ir a ver películas a las salas. El análisis es más preocupante si comparamos con los porcentajes de años anteriores.

En el mismo periodo de hace 10 años más de la mitad de los españoles acudían a las salas. Este 48,4% que se reflejaba en la encuesta de 2003 ha ido creciendo de forma paulatina. Así, en 2007 ya ascendía hasta el 53,2% y seis años más tarde ha crecido en más de 4 puntos. Ya en 2012 el porcentaje era muy similar al actual (56,9%).

Seis de cada 10 españoles admiten que no van al cine nunca

Quienes sí van al cine lo hacen con menor frecuencia

Por otro lado, cabe fijarse en los porcentajes de hábitos de asistencia de quienes admiten ir a las salas al menos una vez al año. La mayoría de estos, con un 16,5% reconocen que van al cine menos de cinco veces al año. Si comparamos con la asistencia con esta frecuencia hace 10 años vemos que ha aumentado ligeramente, desde el 13,2%. Esto se ha producido porque quienes acudían más habitualmente a las salas han dejado de hacerlo. Los que acostumbraban a ir entre 2-3 veces al mes han pasado de ser un 9,7% en 2003 al actual 3,9%. Lo mismo sucede entre los que iban una vez al mes hace una década (12,2%) a quienes lo hacen ahora (9,2%).

Seis de cada 10 españoles admiten que no van al cine nunca

Encontrar una explicación a esta situación no resulta demasiado complejo si tenemos en cuenta los últimos antecedentes. El precio de las entradas se ha convertido en una barrera que muchos ciudadanos no están dispuestos a superar para disfrutar esta forma de ocio y cultura. De forma progresiva ha ido aumentando hasta ser inasumible por parte de muchos, algo que refutan estos datos. A ello hay que sumar que el poder adquisitivo de las familias se ha ido reduciendo aceleradamente desde hace unos años con la explosión de la crisis económica.

¿Culpa de la piratería?

Desde el Gobierno y la industria cultural se achaca en gran parte a Internet y a la llamada "piratería" el problema que vive el sector. Sin embargo, los últimos datos de asistencia a las salas cuando el cine se ha puesto a precios económicos (con la llamada Fiesta del Cine) dejan en entredicho este argumento y vuelven a poner de relieve que la predisposición a acudir al cine existe por parte de los espectadores, pero se encuentran con un precio que no están dispuestos a asumir. El sector empieza a darse cuenta de una realidad que ha preferido ignorar en los últimos años y ha llevado a las salas a estar semivacías en un gran número de sesiones. ¿Serán las nuevas promociones entre semana suficientes para cambiar la tendencia actual?

Datos: AIMC

Fuente: adslzone