El problema de toda esta operación es que la venta de O2 a Hutchison Whampoa, que controla actualmente la marca Three en Reino Unido crearía la operadora líder del mercado con una cuota del 40% superando sin problemas la presencia en el mercado de BT-EE y Vodafone. Por ello, las autoridades de competencia competentes están mirando con lupa todo lo relacionado con la misma.

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Alex Chisholm, consejero delegado de la CMA o Autoridad de la Competencia en los Mercados de Reino Unido ha pedido a la Comisión Europea que prohíba la venta de O2 a Hutchison Whampoa. Entiende que las concesiones realizadas por esta empresa “se quedan cortas de lo que sería necesario para eliminar los efectos adversos” que aparecerían con la aprobación de la operación en relación con la competencia en el sector británico de las telecomunicaciones.

Creen que la única fórmula para aceptar la venta pasa por obligar a Hutchison Whampoa a vender una de sus redes y un porcentaje suficiente de espectro que asegure la viabilidad de un cuarto operador. En caso de no aceptarse estas condiciones, la CMA pide la prohibición de la venta.

El caso nos recuerda a Orange con Jazztel cuando la Comisión Europea obligó a los franceses a desprenderse de parte de sus activos para garantizar la entrada de un cuarto operador en nuestro país. En esas estamos mientras MásMóvil, Zegona, Yoigo y Euskaltel son candidatos (juntos o por separado) para quedarse con ese sillón.

Por el momento, Hutchison Whampoa no está muy por la labor de vender sus activas y sólo se ha planteado el alquiler a largo plazo de su red a Sky y Virgin Media. Además vendería el 50% de O2 a Tesco Mobile y congelaría sus precios durante los próximos cinco años. El tema seguirá dando que hablar mientras mantiene en vilo a los accionistas de Telefónica.

 

Fuente: expansion | adslzone