Un grupo de expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han explicado que la llegada del 5G también conllevará una mayor instalación de estaciones base o antenas de telefonía móvil. Estos creen que puede abrir un debate en la población sobre los posibles efectos que puede tener para la salud aunque ya sabemos, por varios estudios, que el móvil no aumenta el riesgo de cáncer.

Los expertos de la UOC al grupo de investigación Wireless Networks Research Group (WINE) que quiere que los Gobiernos europeos adopten una regulación consecuente con la tecnología actual y que sepa dar cabida a necesidades futuras de los usuarios. Explican que las perspectivas de un aumento del tráfico de datos pasan inevitablemente por la “densificación de la red de acceso, con el despliegue de muchas más antenas”.

Sin embargo, nos aclaran que estas nuevas antenas no serán como las que tenemos actualmente. En el caso del 5G se apostará definitivamente por las “small cells”, antenas mucho más pequeñas y discretas con menos potencia pero que estarán mucho más cerca de los usuarios al encontrarse más cerca del suelo. Lo que preocupa realmente de estas antenas es que “deberán transmitir energía”.

Es posible que se abra de nuevo el debate sobre la influencia de las redes móviles sobre la salud. Desde WINE piden que se debería volver a plantear de nuevo el debate sobre esta cuestión aunque no han querido entrar a valorar ninguna cuestión médica. Por último, han pedido a los países que mejoren la regulación para que estemos preparados para la llegada del 5G.

Esta tecnología empezará a ver a la luz a partir del año 2018 aunque no se espera su arranque definitivo hasta el año 2020. Entre sus ventajas tenemos las mayores velocidad, la inexistencia de latencia, la mayor capacidad o el aumento de la cobertura. Todo ello será clave para el auge de dispositivos conectados que está por venir.

 

Fuente: europapress | adslzone