Hace unos días el Diario Expansión apuntaba que las negociaciones entre las dos compañías se habían intensificado y es que los fondos de capital riesgo que controlan ONO no están dispuestos a esperar mucho más para salirse de la compañía. Por un lado, los planes de la operadora de cable contemplan salir a bolsa y una ampliación de capital, lo cual propiciaría una posible OPA por parte de un tercero.

Por otro lado, la opción que cobra más peso es la adquisición directa por parte de Vodafone, una operación que situaría a la teleco británica  en una posición muy relevante en banda ancha, pilar fundamental para crecer en un mercado que tiende claramente hacia la convergencia de servicios.

Vodafone tiene dinero

A pesar de que los responsables de la teleco británica han confirmado que el objetivo a corto plazo es crecer de forma orgánica en España, la venta del 45% de Verizon Wireless supone una importante inyección de dinero que podría ser empleada en reforzar la posición en nuestro país. ¿El problema? La elevada deuda de ONO.

Según indica el periodista Miguel Ángel Uriondo en su blog ALSD, uno de los primeros retos de la compra de ONO está en el establecimiento de un precio. Recientes operaciones a nivel europeo pueden servir como marco de referencia para fijar un precio. Además, el precio también dependerá de factores como la entrada de la competencia en la puja (Orange).

La banda ancha ultrarrápida clave en el futuro

En este momento Vodafone está desplegando fibra óptica de forma conjunta con Orange pero la diferencia de cobertura con respecto a Movistar es prácticamente insalvable. La teleco presidida por Luis Miguel Gilpérez  lleva años de ventaja y superará en 2014 los siete millones de hogares pasados. Eso significa que la teleco podría volver a superar el 50 por ciento de cuota de mercado si sus rivales no lo impiden y es que cerró el pasado año con 600.000 clientes.

También hay que tener en cuenta que mes a mes cada vez gana más clientes a medida que el despliegue de fibra aumenta. Otro factor importante es que los clientes que contratan fibra óptica son muy fieles ya que se trata de un servicio Premium y las diferencias de precio o velocidad no son tan aparentes como sucedía en el mercado de ADSL.

Vodafone se encontraría ante la encrucijada de integrar la cobertura de banda ancha de ONO con la suya propia, para evitar duplicidades y esfuerzos inútiles de despliegue. No podemos obviar que Vodafone está realizando un despliegue de FTTH mientras que ONO solo tiene realizado este despliegue hasta los nodos y llega a casa del cliente a través de cable coaxial.

Así sería la estrategia de Vodafone y ONO

La ingeniería de red de ambas telecos ya está trabajando y de hecho varios empleados han cambiado de bando recientemente. ¿Casualidad o preparativos para la futura integración? La realidad es que con esta adquisición Vodafone sumaría a su red de banda ancha más de 7 millones de hogares con posibilidad de contratar 100, 200 o incluso 500 Mbps, un elemento clave para que la operación llegue a buen término.

Además, a nivel de despliegue Vodafone solo tendría que centrarse en comunidades autónomas donde ONO no está presente y en despliegues selectivos en zonas urbanas donde ONO no llega con su red de cable. En realidad la compra sería un buen atajo para atacar a Movistar.

Crecimiento en clientes

La operadora británica sumaría un millón y medio de abonados de ONO que además de ser bastante fieles tienen un Arpu elevado muy por encima de la media del sector. En telefonía móvil también sumaría un millón de clientes y es que la cablera fue el segundo OMV del mercado en 2013. En resumen, la consolidación de ambas empresas es cuestión de tiempo y es que en el mercado de las telecos no hay mercado para todas las telecos.

Los clientes de móvil

ONO ha cosechado unos resultados estupendos en el segmento de la telefonía móvil, donde trabaja con Movistar como Operador Móvil Virtual. La compra de Vodafone podría implicar la rotura de este acuerdo para empezar a usar la propia red de la compañía británica. Esto podría implicar unos grandes costes, ya que, por ejemplo, se deberían cambiar las tarjetas SIM.

No tenemos ninguna duda de que se trata de una operación que puede dar un vuelco en el mercado español si finalmente se produce (todo indica que se hará). Orange será perjudicada de forma indirecta por este acuerdo y Vodafone conseguirá recortar el terreno perdido con respecto a Movistar en el despliegue de fibra óptica. ¿Qué opináis de esta operación?

 

Fuente: adslzone