Más allá de plantearnos si las subvenciones representan la mejor manera de ayudar al cine español, criterio que ya de por sí sería profundamente discutible, hablamos de una cuestión que va mucho, muchísimo más allá: si lo denunciado por la Asociación de Internautas no supone una vulneración de la ley de conflictos de interés, nada lo supone. Eso significa que tendremos, a partir de ahora, que ponernos la venda en los ojos, y eliminar toda vigilancia sobre la función pública y la asignación de los presupuestos: declaramos el “aquí vale todo”, y que se lo repartan como quieran, que total, “ el dinero público no es de nadie“. Está meridianamente claro: el nombramiento de Ángeles González-Sinde al frente del ministerio de cultura fue, como dije a los escasos cinco minutos de haber sido anunciado éste, un error garrafal, y debe ser solucionado.
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