En base a estas nuevas directrices, en el caso de ser aprobadas, la compañía de Mountain View se vería obligada a aprobar la solicitudes acogidas al “derecho al olvido” más allá de los motores de búsqueda europeos. Es decir, estaríamos hablando de una modificación de la legislación que se aplicaría también, entre otros, a la extensión “.com” de las búsquedas de Google. La decisión viene justificada por el “agujero legal” que supone esta extensión, y algunas otras, en la protección de la privacidad de los ciudadanos comunitarios. Y es que, aunque se oculten los resultados, por ejemplo, en la extensión “.es”, siempre podemos encontrarlos haciendo uso de Google a partir de su versión “.com”.

En el comunicado que engloba estas propuestas se ha señalado que “las decisiones deben implementarse de tal manera que garanticen una protección sobre la privacidad efectiva y completa, de forma que los derechos de los interesados, y la legislación de la Unión Europea no se puedan evitar”. Estas propuestas, por el momento, no son vinculantes y tendrán que pasar por la aprobación de los países miembros, así como la decisión del cómo, en cuanto a su aplicación, si es que decidieran aplicar tales directrices.

Ian Bron, profesor de seguridad de la Universidad de Oxford, ha señalado al respecto que “esta es una línea que muchas empresas estadounidenses serán reacias a cruzar”. Y es que, aunque en Europa parecen muy claras las directrices que Google debe tomar, en realidad no es la única compañía que tendría que adaptarse a estos cambios en la legislación y, por otra parte, los organismos europeos estarían, con estos cambios, tratando de tomar el poder más allá de donde les corresponde, aunque sea en defensa de los ciudadanos europeos.

 

Fuente: The Wall Street Journal | adslzone