03-06-2009 -  PEDRO VALLÍN | LA VANGUARDIA.ES .- A diferencia de otros movimientos revolucionarios, no está inspirado por una producción intelectual previa y, de hecho, el aparataje argumental que lo respalda ha sido simultáneo a la acción, ya que uno y otro - reflexión y activismo-han surgido impulsados por la propia herramienta, la red, libérrima y dispersa, inasible, fluida.

Además, es multitudinario, sus huestes se cuentan por millones y en varios países se han conjurado para hacerse oír en estas elecciones al Parlamento Europeo.

Acompañando al movimiento factual - quienes realizan las descargas de archivos-,menudean una serie de líderes de opinión que incorporan un discurso jurídico, ético y político y que en España se aglutinan en torno a personalidades como Enrique Dans, Ricardo Galli, David Bravo, Carlos Sánchez Almeida, Javier de la Cueva o Ignacio Escolar: informáticos, ingenieros, juristas, o periodistas, por citar algunos. También se ubican en torno a colectivos como la comunidad de informadores/ usuarios de Meneame. net, la Asociación de Internautas o el colectivo Exgae, que ya han puesto el ojo sobre la inminente convocatoria electoral.

Barruntan que será en el foro continental donde se libre la batalla definitiva sobre si internet conservará su condición de espacio libre - tutelado sólo por la justicia-o será intervenido por cuerpos parapoliciales de editores y autores o por las operadoras de red, que indaguen y sancionen la actividad de los usuarios.

Por eso, en los principales foros de debate on line, en las últimas semanas no dejan de cruzarse mensajes sobre la calidad de los programas electorales de los diferentes partidos españoles en lo tocante a internet. Las formaciones españolas empiezan a incorporar posturas más o menos claras en sus programas, aunque hay algunas que ni la mencionan o lo hacen con un pronunciamiento general.

Así, el PSOE ha hecho figurar en su programa/ manifiesto un compromiso esperanzador para el colectivo: "Trabajamos para que las comunicaciones electrónicas gocen de las mismas garantías judiciales que el resto de las comunicaciones, manteniendo la exigencia de contar con una autorización judicial previa para cortar o restringir el acceso a internet". Es cierto que los socialistas votaron en ese sentido en el Parlamento Europeo el mes pasado, y también es cierto que los intentos de los sucesivos ministros de Cultura - Carmen Calvo y César Antonio Molina-para que la SGAE pudiera actuar contra los internautas tropezaron con la firmeza de los ministros de Industria Joan Clos y Miguel Sebastián. Pero en la memoria de los internautas sigue fresco el baldón que supuso la ampliación del canon por copia privada y el nombramiento de una ministra, González-Sinde, que batalló contra los intercambios on line. En cuanto al PP, ocurre casi lo contrario. Su principal aval es su oposición al canon - la del pasado año y la de su programa-,además de la ambigua promesa de una "internet libre". Ayer, sin ir más lejos, el líder popular, Mariano Rajoy, anunció acciones judiciales si al gobierno se le ocurriera instaurar una ley como la francesa.

El programa favorito del activismo on line es el de IU, el más liberal, valga la paradoja, que aboga por una internet completamente libre, la supresión de cánones, la consolidación legal de los intercambios de archivos y una profunda reforma de la actual condición jurídica de los derechos de autor. Estas promesas son coherentes con su acción en el foro europeo - y también la de los de eurodiputados de ERC e ICV-,pero en su contra aún pesa el cambio de postura de Gaspar Llamazares, cuando decidió saltarse el programa electoral y apoyar al PSOE en la ampliación del canon digital.

 

Fuente desde: internautas