El asunto no solo perjudica a Microsoft, sino también a los usuarios, ya que el material filtrado podría ser supervisado por hackers para averiguar posibles vulnerabilidades que a día de hoy no han sido detectadas por Microsoft.

Las compilaciones internas de Windows 10 incluyen símbolos de depuración definidas por los ingenieros que generalmente ayudan a otros desarrolladores de la compañía a comprender cómo trabajan ciertos códigos específicos en el sistema operativo y a qué funciones llaman, según explican en The Register. Estos símbolos de depuración privados relevan ciertos aspectos del sistema operativo que podrían ser usados para la creación de exploits.

Además, la filtración también contiene el Kit de Compartición de Código de Microsoft (Microsoft’s Shared Source Kit), que incluye el código de Windows 10 utilizado para los drivers de los siguientes hardware y mecanismos:

  • El sistema plug and play.
  • Conjuntos de USB.
  • Conjuntos de Wi-Fi.
  • Drivers para almacenamiento.
  • Código del kernel OneCore específico para ARM.

Según el sitio web de Microsoft, el Kit de Compartición de Código de Microsoft solo está disponible para clientes cualificados, empresas, gobiernos y socios para propósitos de depuración y referencia.

Aunque en un principio se especuló con la filtración de un total de 32TB de datos, desde Beta Archive, portal donde se subió el material filtrado, cuentan que en realidad ocupan 1,2GB y que se compone de “una porción de código perteneciente a Shared Source Initiative usada por OEM y socios”, según ha podido confirmar un portavoz de Microsoft a The Verge.

Entre las compilaciones filtradas se encuentran algunas de Windows 10 Creators Update, Windows 10 para ARM y Windows 10 Mobile Adaption Kit, siendo esta última un conjunto de herramientas de software privado diseñado por Microsoft para ejecutar el sistema operativo Windows 10 en dispositivos móviles.

 

Fuente: muyseguridad