¿Te imaginas que un día tus datos se pudiesen comprar en el mercado negro? Tu dirección física, número de la Seguridad Social, un informe médico, número de cuenta bancaria… Probablemente, pagarías lo que fuese necesario por recuperarlos y los cibercriminales lo saben. El robo de información y los ataques de ransomware son dos de las tácticas más lucrativas y utilizadas por los Black Hat para llenar sus bolsillos, un negocio que podría estar moviendo miles de millones de dólares cada año.

Uno de los robos más extendidos y populares en los últimos meses son los que afectan a los TPVs (Terminales de Punto de Venta) como el cometido por PunkeyPos, un malware analizado por PandaLabs que ha puesto en jaque a más de 200 restaurantes en Estados Unidos, robando información de las tarjetas de crédito utilizadas en dichos terminales de los establecimientos.

Teniendo en cuenta lo fácil que es vender esta información robada en el “mercado negro” y lo cómodo que resulta comprometer estos TPVs a través de Internet de forma anónima, parece lógico que estos terminales sean objetivos cada vez más deseables para los ciberdelincuentes.

Las redes sociales no escapan de las garras del cibercrimen. En el último trimestre hemos visto como la seguridad de 117 millones de usuarios de LinkedIn se ha visto vulnerada tras publicarse un listado de direcciones de correo y los hashes de sus respectivas contraseñas o como 32 millones de usuarios y contraseñas de Twitter fueron puestos a la venta por 10 bitcoins, alrededor de 6.000 dólares; pudiéndose tratar de un ataque de phishing o a través de troyanos. El mismísimo Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, que vio cómo sus cuentas en Twitter, Pinterest e Instagram fueron hackeadas por unos bromistas autodenominados OurMine. Al parecer la contraseña utilizada era la misma que la de LinkedIn en todas las cuentas, por lo que fácilmente consiguieron acceso a todas ellas.

También en materia de ciberseguridad nacional ha sido destacado el mes de junio, cuando la policía de Corea del Sur hizo público un ataque proveniente de Corea del Norte. Al parecer el ataque comenzó hace más de un año, teniendo como primer objetivo 140.000 ordenadores pertenecientes a organizaciones y agencias gubernamentales, así como a contratistas de defensa. Hasta febrero de este año no se ha descubierto el ataque, según lo dicho por la policía habrían robado más de 42.000 documentos, de los cuales un 95% estaban relacionados con defensa, como por ejemplo los planos y especificaciones de las alas del caza norteamericano F15.

Puedes conocer todos los detalles en el informe trimestral de PandaLabs.

 

Fuente: muyseguridad