Ante esta situación, las mismas compañías estadounidenses están luchando en los tribunales para que el gobierno y las agencias de su propio país no puedan actuar sobre datos y servidores que están situados en el extranjero, habiendo conseguido Microsoft recientemente una victoria en el Tribunal de Apelaciones de Nueva York, el cual ha dictaminado que el FBI y otras autoridades federales no son competentes a la hora de acceder a los datos de clientes no estadounidenses situados en países que no son Estados Unidos.

Esto significa que la Ley Comunicaciones Almacenas (Stored Communications Act), que permite al gobierno de Estados Unidos retener los datos que están dentro del territorio del país, no tiene efecto en el extranjero, por lo que en un principio los datos almacenados en servidores extranjeros quedan bajo la jurisdicción de los países en los que estén ubicados, los cuales también pueden estar sujetos a los acuerdos internacionales que tengan (como por ejemplo la Unión Europea, que regula muchas cosas).

La sentencia deriva de una apelación de Microsoft sobre la Ley de Comunicaciones Almacenadas, debido a que la compañía aceptó colaborar con las autoridades para suministrar información sobre un caso de narcotráfico internacional, pero solo entregó los emails almacenados en sus servidores en Estados Unidos, argumentando que no podía dar datos almacenados en servidores de otros países. Esto contrarió a las autoridades, que argumentaron que al ser Microsoft una compañía estadounidense esta tiene que colaborar independientemente del país donde se ubique los datos.

Esta decisión no solo beneficia a Microsoft, sino que limita el radio de acción del Departamento de Justicia Estadounidense a la hora de recolectar datos de comunicaciones extranjeras con garantías, incluso si la compañía a la cual pertenece las comunicaciones es estadounidense.

De hecho, no es la primera vez que la compañía de Redmond tiene un conflicto de estas características, ya que en 2014 se conoció un caso en el que Irlanda y Microsoft se “aliaron” para que las autoridades estadounidenses no pudiesen entrar a su voluntad en los servidores ubicados en Dublín.

 

Fuente: The Hacker News | muyseguridad