1. Todos tus archivos están cifrados

Por desgracia, en este caso hemos sido víctima de un ransomware, un tipo de malware que cifra todos los datos del usuario y pide el pago de un rescate a cambio de la clave para descifrar los archivos. Según la variante de ransomware, es posible recuperar o no los datos, en función de si se conoce alguna vulnerabilidad en ella o no, por ello, la mejor forma de recuperarnos de esta infección es formateando el sistema y restaurando una copia de seguridad de nuestros datos. Sea como sea, no es recomendable ceder al chantaje y pagar.

2. El navegador no funciona correctamente

Algunas piezas de malware buscan tomar el control del navegador web para que los usuarios accedan a diferentes páginas web controladas por los piratas informáticos. Este software malicioso suele hacer, por ejemplo, que en vez de ir a la web que queremos el navegador cargue una página totalmente diferente e, incluso que, al abrirlo, la página web principal no sea la que solemos utilizar.

Otra posibilidad es que mientras navegamos por Internet nos aparezcan una gran cantidad de anuncios y ventanas de publicidad, incluso cuando no estamos conectados a Internet, siendo, además de una molesta, alfo nefasto para el rendimiento del equipo. En este caso, un simple antimalware como Malwarebytes Anti-Malware o Ad-Aware nos permitirán eliminar estas amenazas y recuperar el funcionamiento original del sistema. También es recomendable eliminar el perfil del navegador y crear uno nuevo por si la amenaza se esconde dentro de una extensión maliciosa.

3. El ordenador funciona muy despacio

El malware, generalmente, suele utilizar una gran cantidad de recursos, tanto de hardware como de nuestro ancho de banda de Internet, para llevar a cabo sus tareas maliciosas. Sin embargo, que un ordenador vaya lento no siempre es sinónimo de malware, sino que también puede deberse a otras causas, como por ejemplo tener muchas aplicaciones ejecutándose a la vez, tener memoria RAM insuficiente o incluso tener poco espacio en el disco duro. Realizar un análisis del sistema con un antivirus actualizado nos puede ayudar a salir de dudas.

4. Iconos desconocidos en el escritorio

Si vemos que, a menudo, aparecen iconos en el escritorio de programas que en realidad no hemos instalado manualmente, lo más probable es que se haya instalado en nuestro ordenador una PUP, o aplicación no deseada. Estas suelen instalarse por no leer y marcar las opciones correctas al descargar aplicaciones con publicidad o desde páginas como Softonic y, por lo general, son complicadas de detectar y eliminar.

Para borrarlas debemos utilizar una aplicación que detecte las PUP, por ejemplo, Malwarebytes Anti-Malware.

5. Errores constantes en el sistema

Ventanas de error, pantallazos azules, aplicaciones que dejan de responder… Además de un posible error en el sistema operativo, una de las principales causas de esto puede ser que estemos infectados de malware. Cuando un sistema empieza a fallar de esta manera, es muy complicado llevar a cabo una desinfección correcta, por lo que, en este caso, lo más recomendable es optar por un formateo del sistema para asegurarnos de que, además de eliminar el malware, que todas las librerías y dependencias de Windows se mantienen correctas.

 

Fuente: muyseguridad