La máquina ha sido creada por la Universidad de Tsinghua y la compañía especializada en transacciones bancarias Tzekwan.

El equipo tiene una cámara que reconoce al usuario y lo compara con una base de datos. Además de impedir que los ladrones accedan a cuentas de otras personas, el cajero registra el número de serie de cada billete de banco depositado, posibilitando identificar que los clientes depositen dinero falso.

Cajeros automáticos con sistemas biométricos han sido objeto de discusión desde hace varios años, con un número de empresas de base tecnológica buscando desarrollos de equipos en base a reconocimiento facial, huellas digitales y otros.

No se conoce cuándo tendrá viabilidad comercial porque aún hay que resolver cuestiones de seguridad y costes.

 

Fuente: muyseguridad