Más allá de huellas dactilares o de patrones del iris, una nueva investigación propone utilizar el mismo cerebro como contraseña del futuro.

La idea se basa en el análisis de los estímulos y reacciones distintas de las ondas cerebrales en cada sujeto ante diferentes tipos de acrónimos, siglas que representan a conjuntos de palabras y que en muchos casos adquieren personalidad propia, desplazando aquello que representan.

El experimento realizado sobre 45 voluntarios, mostró que cada persona reacciona de diferente manera a estos estímulos según los recuerdos semánticos de cada sujeto, ofreciendo en diferentes mediciones una tasa de acierto del 94%. 

Un margen de error que sugiere que este tipo de ondas cerebrales podrían ser una forma para verificar la identidad de los individuos en el futuro.

Hay varias investigaciones en marcha sobre autenticación biométrica. Todas tienen el objetivo de librarnos definitivamente de las inseguras contraseñas aunque seguramente requieran una combinación de varias técnicas.

 

Fuente: muyseguridad