Y no pocos ya que la firma de seguridad dice haber encontrado este tipo de programas espía en 30 países y en unidades de almacenamiento de todos los grandes fabricantes: Seagate, Western Digital, IBM, Toshiba, Samsung y Maxtor.

El programa espía se habría instalado en el firmware de las unidades de almacenamiento para impedir su localización y su eliminación ya que no es posible borrarlo con un formateo ni siquiera a bajo nivel. Esta puerta trasera le habría dado acceso a todos los datos registrados en los equipos informáticos donde hubieran sido instalados, PCs o servidores.

La información se enviaría remotamente a centros de comando y control de un grupo especializado que sería el mismo que creó Stuxnet, el arma cibernética más avanzada de la historia y que fue utilizada para sabotear instalaciones en Irán y acabar con su programa de investigación nuclear.

La divulgación podría perjudicar aún más las capacidades de vigilancia de la NSA, ya dañadas por las filtraciones masivas del ex contratista Edward Snowden. Las revelaciones de Snowden han perjudicado las relaciones de Estados Unidos con algunos aliados y ralentizado las ventas de productos de tecnología de Estados Unidos en el extranjero.

La exposición de estas nuevas herramientas de espionaje podría conducir a una mayor reacción en contra de la tecnología occidental, sobre todo en países como China, que ya está redactando reglamentos que requieren que la mayoría de los proveedores de tecnología entreguen el código fuente del software para su inspección.

El ciberespionaje masivo y sin control de NSA está costando caro a Estados Unidos, a nivel de imagen y de negocio a través de sus grandes tecnológicas, sobre las que se extiende una gran desconfianza.

Western Digital ha sido -de momento- el único fabricante en comentar esta noticia, declarando que nunca ha compartido el código fuente de su firmware con la NSA, lo que no quiere decir que efectivamente su firmware fuera infectado.

Las declaraciones desde la Casa Blanca no desmintieron esta información. Incluso, Peter Swire, uno de los cinco miembros del Grupo de Revisión del presidente estadounidense, Barack Obama, en la inteligencia y tecnología de las comunicaciones, estimó que el informe de Kaspersky demuestra que es esencial para el país considerar el impacto en las relaciones comerciales y diplomáticas antes de decidir utilizar estos programas de espionaje.

 

Fuente: muyseguridad