Sony, acuciado por las consecuencias del ataque y después que las salas de Nueva York suspendieran su difusión, ha emitido un comunicado confirmando que suspende la distribución de la película “compartiendo por completo el interés de sus socios en la seguridad de los empleados y los amantes del cine”.

Y es que los piratas informáticos detrás del ciberataque habían publicado una amenaza contra las salas de cine, prometiendo un “11 de septiembre” si exhibían la película The Interview, una parodia absurda de la dictadura norcoreana y un complot para asesinar al líder, Kim Jong-un, que el gobierno del país calificara como “un acto de guerra”.

La amenaza de estos “Guardianes de la Paz” también alcanza a los usuarios“Si tu casa está cerca, sería mejor que te fueras”, asegurando que si la ves “quedarás maldito” y que “todo lo que suceda en los próximos días es resultado de la avaricia de Sony Pictures Entertainment”.

Aunque no hay indicios de que exista una amenaza terrorista creíble contra los cines de Estados Unidos y de hecho, la película se estrenó en Los Angeles sin problema alguno (salvo descubrir que a nivel cinéfilo pasará sin pena ni gloria), las amenazas han conseguido su objetivo.

Como ya decíamos, el daño del ataque informático es gravísimo y va mucho más allá de lo que se pensaba en un principio. Al tiempo, dos ex-empleados han presentado una demanda contra Sony Pictures por no proteger sus datos y los ciberdelincuentes habrían publicado 12.000 correos electrónicos del presidente del estudio, Michael Lynton, que habrían sido robados en el ataque a la compañía, en el prometido “regalo de Navidad”.

Mientras, informaciones publicadas por The New York Times, asegura que la Casa Blanca piensa que Corea del Norte estuvo “centralmente involucrado”.

 

Fuente: muyseguridad