Estos administradores de tareas de terceros en la mayoría de las ocasiones cumplen con su función: cerrar las aplicaciones activas. Sin embargo, la gestión interna que tiene Android de procesos y servicios es mucho más compleja. Cuando cerramos una aplicación desde el propio administrador de tareas del propio Android como cuando lo hacemos desde una aplicación de terceros lo único que estamos haciendo es borrar la tarea del primer plano, aunque dejamos el resto de procesos en segundo plano abiertos. Android está diseñado para funcionar así, por lo que en este aspecto no deberíamos modificarlo.

Aunque algunos administradores de tareas para Android cierren procesos y servicios en segundo plano, en un primer instante se libera memoria Ram y parece que el dispositivo funciona de forma más fluida, sin embargo, en cuanto el sistema intente acceder a la aplicación y esta se encuentre cerrada automáticamente volverá a lanzar los procesos y servicios de segundo plano consumiendo recursos y batería para este proceso y siendo el resultado final como si no se hubiese cerrado nada.

Los administradores de tareas más agresivos en muchas ocasiones son capaces incluso de finalizar a la fuerza procesos del propio sistema operativo que, a corto plazo, repercute en el funcionamiento y en el rendimiento del mismo. Finalizar un proceso del sistema hará que muchas aplicaciones dejen de funcionar y que Android pueda llegar incluso a quedar bloqueado, dejando de funcionar y obligando a reiniciar el dispositivo.

Administrador-de-tareas-para-Android

Los administradores de tareas eran útiles, en algunas ocasiones, en las versiones de Android anteriores a Honeycomb, cuando el propio sistema no nos permitía cerrar las aplicaciones. A partir de Ice Cream Sandwich los usuarios pueden finalizar los procesos primarios de las aplicaciones abiertas recientemente y, aunque queden en segundo plano algunos hilos de ejecución, estos no consumen batería ni influyen en el rendimiento general del sistema.

Por estas razones, este tipo de administradores de tareas no son recomendables. Aunque aparentemente finalicen varios servicios y tareas a la vez que liberan Ram, la mayoría de ellos volverán a ejecutarse de forma automática por Android para seguir funcionando en segundo plano a la espera de solicitudes, por ejemplo, recibir notificaciones. Todos aquellos usuarios que quieran evitar que las aplicaciones vuelvan a abrirse deben utilizar herramientas como Greenify que se encarga de esta función y, lejos de prometer liberar memoria, cumple perfectamente con la tarea de evitar que las aplicaciones vuelvan a abrirse de forma automática después de ser “greenificadas” o suspendidas completamente y de forma segura.

¿Utilizas administradores de tareas en Android?

 

Fuente: softzone