Los atacantes habrían accedido a una gran cantidad de datos personales y financieros sensibles aunque se desconoce si sus motivaciones son económicas o se trata de operaciones de inteligencia ya que no se han encontrado fraudes por el ataque.

Desde JP Morgan rebajan el nivel del ataque: “Desafortunadamente, las empresas de nuestro tamaño sufren ciberataques casi cada día. Tenemos numerosas maneras de defendernos de estas amenazas y vigilamos constantemente si ha habido fraude real”.

No parece uno de los habituales ataques y por ello el FBI (y la agencia NSA) investigan si los ataques -como se sospecha- han llegado desde Rusia y si tienen conexión con otros ataques al sistema financiero europeo aprovechando una vulnerabilidad Zero-Day que afecta a sus sitios web.

La sofisticación del ataque y los indicadores técnicos extraídos de los ordenadores de los bancos proporcionan evidencias de vínculo con el gobierno ruso. También se considera la posibilidad que sean criminales cibernéticos de Rusia o de Europa del Este.

El caso llega cuando las relaciones de Occidente con Ucrania se encuentran en uno de los puntos más bajos de la última década por los sucesos de Ucrania.

 

Fuente: muyseguridad