G Data probó que la caja fuerte podría ser fácilmente abierta por distintos métodos. El más sencillo: introduciendo el código maestro que ofrece el propio fabricante y que, en muchas ocasiones, no ha sido modificado por los propios hoteles, lo que facilita al máximo la tarea a los ladrones.

Si el código ha sido modificado hay otras formas para abrirlas.  Todas las cajas disponen de una llave de emergencia que se encuentra bajo la custodia del propio hotel que se usa cuando el viajero ha olvidado el código de seguridad que estableciera para abrir y cerrar su caja de seguridad o bien cuando abandona el hotel y la ha dejado cerrada. “Basta desatornillar una placa situada en la parte frontal de la caja para dejar totalmente al descubierto la cerradura… y abrirla sin demasiado esfuerzo usando una llave diferente”, dicen desde la firma de seguridad.

En el caso de apertura por código basta un cortocircuito para que la caja nos pida que introduzcamos un nuevo número y obviamente quede al alcance de un ratero.

¿Son seguras las cajas fuertes de los hoteles?

Y lo peor no es que nos limpien nuestras pertenencias, ya que las cajas fuertes que pueden abrirse y cerrarse usando una tarjeta de crédito pueden manipularse para capturar los datos almacenados en las bandas magnéticas de las tarjetas usadas. La estafa es conocida como skimming y su uso se ha detectado en numerosas ocasiones en cajeros automáticos.

Las conclusiones de G Data es clara: por regla general el nivel de seguridad de las cajas fuertes más populares y que se ofrecen como servicio al viajero en hoteles es básico y es relativamente fácil abrirlas sin tecnología compleja, por lo que recomiendan a los turistas no usarlas guardar aquellas pertenencias que considere de un valor irreparable.

 

Fuente: muyseguridad