Según Grier, por 40 dólares cualquier usuario de Twitter puede comprar 1.000 cuentas, creadas en su mayoría varios meses antes de su puesta a la venta, el tiempo necesario para que maduren y sea más difícil identificarlas y bloquearlas. El objetivo de las redes sociales es bloquear todas las cuentas desde las que se mandan mensajes no deseados a otros usuarios.

Los investigadores explican que la venta de millones de cuentas falsas creadas en la red en el último año podría haberles reportado a sus creadores unas ganancias de entre 127.000 y 459.000 dólares. Sin embargo, el equipo de la Universidad de California ya ha calculado un algoritmo que permite identificar las cuentas fraudulentas.

Para hacerlo se sirven de un programa especial que analiza datos como los nombres de las cuentas, así como el navegador y el ordenador utilizados para crearlas. Hay otros métodos, pero de momento prefieren mantenerlos en secreto.

 

Fuente: muyseguridad