¿Para qué querríamos mandar un mensaje a alguien justo después de morir? Según la compañía que ofrece este servicio, Death Switch, algunos guardamos ciertos secretos que nos gustaría que todo el mundo, o alguna persona concreta, supiese tras nuestra muerte. Puede ser un simple “siempre te quise”, un “te robé 50 euros de la cartera”, o incluso nuestras memorias. Quién sabe lo que cada cual quiere que el resto sepan después que haya concluido nuestra vida pero con Death Switch tenemos la opción de hacer justo eso: enviar uno o varios mensajes cuando fallezcamos.

En cuanto a Death Switch, tenemos dos posibilidades. Una de ellas es la gratuita, que nos permite establecer un único mensaje para un único receptor. Ahora bien, también podemos pagar 1,67 dólares al mes, que nos permitirá enviar un total de 30 mensajes, cada uno de ellos para hasta 10 direcciones diferentes. Además, con esta segunda opción podremos también adjuntar archivos en nuestro mensaje.

El funcionamiento es sencillo. Básicamente el servicio comprobará periódicamente que “estamos vivos” enviándonos mensajes de correo electrónico que deberemos responder y, en caso de no hacerlo, entrará en “modo alerta”, donde la frecuencia de mensajes aumentará hasta determinar, de forma automática, que hemos fallecido. Una vez tome esta conclusión, de forma completamente automática comenzará a enviar los mensajes que, en vida, hayamos programado.

Aunque bastante tétrico, el servicio es realmente interesante precisamente por lo que anteriormente planteábamos, y es que podremos dejar todos los cabos atados que nos propongamos. Pero, ¿chocan este tipo de negocios con la ética? En realidad, esta es una cuestión que atañe más a la sensibilidad personal y que, en cualquier caso, parece independiente de la realidad. Y vosotros, ¿dejaríais algún mensaje programado para enviarlo tras vuestra muerte?

 

Fuente: Death Switch | adslzone