40^WinRAR = infinito

WinRAR es uno de los pocos programas vitales que instalamos siempre en nuestro ordenador. Sin embargo, aunque nos avise que tenemos que pagar a los 40 días, en realidad no ocurre nada si no lo haces. Y es que esa es precisamente la vía de negocio de la compañía: obligarte a pagar si quieres quitar el aviso.

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Por ello, en realidad WinRAR es una especie de shareware, nagware o begware. La táctica de negocio es hacer creer a la gente que están usando un programa gratuito, lo cual hace que la base de usuarios aumente. El pago por WinRAR también puede ser considerado como una especie de donación a cambio de quitar la “publicidad”, como ocurre con algunas aplicaciones de Android.

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Con esta técnica, la compañía también reduce significativamente la piratería del programa. Ellos ofrecen el software original y gratuito con el anuncio, y mucha gente no se va a molestar en descargar una versión pirata que pueda contener virus teniendo la original tan a mano aun con el popup.

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Además, ofreciendo el programa gratuito se hace que el número de descargas aumente, haciendo común y casi vital el uso del programa; y los usuarios van dejando opiniones positivas por la red dándole autoridad a la compañía, y no optan por otras alternativas como 7Zip. Este programa es una alternativa totalmente gratuita a la que todo el mundo se iría si hubiera que pagar. WinRAR tiene versiones totalmente gratuitas, como una que lanzaron en China en 2015, o la que hay disponible en Android, que no tiene ni anuncios. El objetivo es el mismo que la versión actual: hacer que su uso se extienda y que la gente no use otras alternativas.

Pero entonces, ¿de dónde saca WinRAR el dinero?

De las empresas. Al igual que ocurre con Microsoft o Adobe con Windows y Photoshop, a esas compañías no les importa —demasiado— que los particulares pirateen su software en un único ordenador; sobre todo porque saben que es muy difícil perseguirlos a todos. Sin embargo, con las empresas es más fácil centrar el tiro, además de que las grandes empresas pueden llegar a necesitar cientos de licencias, por lo que es un segmento más lucrativo. Y si en una inspección descubren que las empresas están usando software pirateado, se pueden enfrentar a una grave multa, y saben que la empresa puede tener liquidez para pagarla.

Además, si montas una empresa y estás familiarizado con el programa, es probable que decidas utilizarlo en tu empresa a pesar de que haya alternativas como 7Zip que tienen sus propios formatos con buena eficiencia de compresión, y que pueden descomprimir RAR (aunque no comprimirlo).

La última versión del programa es WinRAR 5.50, lanzada el pasado verano, y que añadía soporte para una contraseña maestra, el formato por defecto pasaba a ser RAR5, y permitía nombres más largos. Mientras siga habiendo empresas que paguen por él, y alternativas perfectamente sustitutivas, WinRAR va a seguir siendo gratis; con aviso o sin él.

 

Fuente: adslzone