Como ya os hemos comentado en algunas ocasiones a lo largo de estos últimos meses, una de las principales ventajas de estos nuevos conjuntos lo representa la amplia autonomía que ofrecen a los usuarios. La principal razón de todo ello es que estos procesadores con arquitectura ARM consumen menos energía, no usan ventiladores, por lo que son más silenciosos, y por lo tanto hacen que la batería que alimenta al equipo, dure más.

Al mismo tiempo proporcionan conectividad LTE a sus clientes, lo que para muchos usuarios de Windows 10 puede suponer una importante ventaja con respecto a los portátiles convencionales en lo que se refiere al actual sector de la movilidad. Sin embargo y a pesar de todo ello, para muchos quizá sea recomendable dejar pasar esta primera generación de equipos con Windows 10 y basados en ARM, algo que viene siendo bastante habitual en el mundo de la tecnología.

Esto se debe a que, a pesar del potencial que esta unión nos va a traer en años venideros, al menos eso es lo que se espera, es algo que todavía está en pleno proceso de nacimiento, por lo que, en general, son más los inconvenientes detectados, que las ventajas. Aquí podemos hacer referencia a dos aspectos fundamentales, el rendimiento y el coste. Para empezar, diremos que aunque estos equipos vienen con el Modo Windows S activado por defecto, lo que limita su uso a las aplicaciones UWP de la Microsoft Store, esto es algo que se desactiva con tan solo pulsar un botón.

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Los equipos Windows 10 sobre ARM todavía son caros para lo que ofrecen

Sin embargo, en lo que se refiere a las herramientas Win32, decir que aunque funcionan y son compatibles, se ha podido ver que en términos generales el rendimiento de las mismas, sobre todo si son un poco exigentes, aún deja mucho que desear, como se ha podido comprobar. En base a algunas pruebas, la fluidez de aplicaciones tan habituales como Google Chrome o Adobe Photoshop, no es ni de cerca la que estamos acostumbrados en los equipos con CPUs de Intel o AMD.

Al mismo tiempo, estos equipos ARM con Windows también disponen de una capa de emulación para ejecutar apps de escritorio tradicionales de Windows diseñadas para CPUs Intel x86 de 32 bits, pero del mismo modo, por el momento esta emulación tiene que mejorar bastante. Incluso en la ejecución de juegos considerados como de gama baja / media, como el popular Dirt 3, por ejemplo, su rendimiento se encuentra por debajo de lo esperado.

A todo esto hay que súmale el elevado precio que en la actualidad tienen estos equipos, que rondan entre los 600 y los 1000 euros, de ahí la decisión de muchos de esperar a una próxima generación de equipos con Windows y ARM para ver cómo evolucionan.

 

Fuente: adslzone