El Bitcoin es una moneda que tiene muchas ventajas, como que se puede transferir sin apenas tasas de transacción y de manera anónima, no hay posibilidad de falsificarlos, y todas las transacciones quedan recogidas en un registro público.

Todas estas ventajas se convierten en desventajas cuando se utiliza con fines espurios. Es este el caso de terroristas o ciudadanos que realizan actividades ilegales. Para evitar esto, la Comisión Europea exigirá más detalles sobre la identidad de los usuarios que conviertan Bitcoins en monedas tradicionales, además de reducir las tarjetas de prepago a 150 euros para evitar el blanqueo. Los detalles sobre la identidad que se exigirán tendrán que ver con los dueños de empresas, el nombre completo de la persona que hace el cambio de moneda, o a nombre de quien queda la tarjeta de prepago.

Con estas medidas, se pretende reducir el uso ilícito de estos sistemas, tanto para terrorismo como a través del mercado negro. Por ejemplo, las autoridades francesas comprobaron que los terroristas del pasado atentado en noviembre de 2015 usaban tarjetas de prepago, y además se sabe que el ISIS utiliza Bitcoins como uno de sus medios de financiación.

Además de las comprobaciones extra que se deberán realizar a la hora de hacer transferencias monetarias, los bancos estarán obligados a analizar con mayor detenimiento aquellas que provengan de países laxos en materia fiscal, y que no tengan buenas medidas de seguridad contra el blanqueo de dinero, o incluso tengan posibles lazos con el terrorismo.

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Asimismo, estos análisis en profundidad se realizarán a transferencias que provengan de paraísos fiscales, a raíz de los datos expuestos en los papeles de Panamá, donde se comprobó que usuarios ricos evadían impuestos impunemente. Para hacer más accesibles estos datos, la Comisión Europea ha propuesto que se haga un listado de “trusts” accesible a todos los ciudadanos. Los trust son contratos privados, en los que una persona transfiere un bien, un derecho, o en este caso, cantidades monetarias, para que esta lo controle y administre. Esta medida tendrá utilidad dentro de la Unión Europea, pero se puede nombrar como “trustee” a un no-residente en la unión, y se podrá seguir operando anónimamente.

En definitiva, aunque estas medidas sean positiva para evitar el blanqueo de capitales y favorecer la transferencia en las transacciones financieras, chocan un poco con la idea inicial del anonimato y libertad con la que surgió el Bitcoin. Aunque mientras no lo cambies a una moneda tradicional, no tendrás que aportar ningún dato sobre tu identidad.

 

Fuente: Reuters | adslzone