La página StreamSquid está creada por un grupo de informáticos israelíes que han querido recuperar el espíritu de Grooveshark y ofrecer al usuario una alternativa legal donde poder reproducir música en streaming de las listas de canciones que se vayan creando. De hecho este camino de rectitud es una de las premisas claves de la página que quieren de esta forma evitar cualquier encontronazo con la industria del copyright tal y como le ocurrió a Grooveshark. No obstante cada vez es más difícil superar la presión legal por parte del sector del entretenimiento digital y la música, y puede que la escasa popularidad del portal es lo que le salve de momento de sufrir una persecución como la que se han visto sometidas otras webs acusadas de fomentar la piratería de todo tipo de contenido como The Pirate Bay, RojaDirecta o la propia Grooveshark.

Una de las principales diferencias con el malogrado servicio de música en streaming es que no se permitirá subir canciones en MP3 a la plataforma si no que son los propios usuarios los que demandan qué canciones quieren escuchar, y mostrándose a través de listas de éxitos de aplicaciones como Spotify, iTunes o webs como Billboard. Además, en StreamSquid se podrá escuchar esa música gracias vídeos de portales como YouTube donde las discográficas cuelgan mucho de este material a través de los canales oficiales de los artistas.

Un 90% de las bases de datos de Grooveshark se han recuperado

Los responsables de StreamSquid aseguran que alrededor del 90% de la música de Grooveshark se ha recuperado, algo que ya se había contemplado en la fallida resurrección del portal grooveshark.io, y aunque la recuperación de las bases de datos es legal según este nuevo servicio, las personas que las han recuperado prefieren permanecer anónimas.

Por ahora, StreamSquid quiere mantenerse como una respuesta para los usuarios que habían perdido sus listas de reproducción de Grooveshark, pero en el supuesto de que la popularidad del servicio crezca con el paso del tiempo, no es de extrañar que pueda enfrentarse a problemas legales con los defensores de los derechos de autor en la música, para acabar también con su actividad.

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Fuente: Ars Technica | adslzone