Si no acabas con todas las páginas webs con contenido que viole los derechos de propiedad intelectual, no acabarás con la piratería. Este es el primer mandamiento que los organismos que velan por la propiedad intelectual deberían recordar cuando tomen sus correspondientes medidas legales. Y es que, aunque en los últimos meses se ha decidido actuar con bloqueos y cierres contra sitios web como The Pirate Bay, lo que demuestran las estadísticas es que, cuando un sitio web de este tipo es cerrado, rápido el tráfico migra hacia otros sitios web homólogos.

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Cerrar una web pirata, o cómo matar moscas a cañonazos

Los datos de este estudio revelan que, cuando un sitio web pirata es cerrado, durante las cuatro semanas siguientes la piratería recibe un impacto negativo, y la distribución legal de contenidos recibe un impacto positivo mínimo. Después, el tráfico de que disfrutaba la página web cerrada migra en favor de otros homólogos, donde se sigue descargando de forma ilegal.

Y es aquí, precisamente, donde surgen dos nuevos problemas. En primer lugar, que los gastos derivados de la investigación y la actuación policial y judicial contra los que violan los derechos de propiedad intelectual no compensan con respecto al “impacto económico positivo”. Mientras tanto, todo vuelve a la normalidad tan solo cuatro semanas después y, además, el tráfico no migra en favor de un único sitio web, sino apuntando a más direcciones nuevas. Este caso concreto, sin duda, es buen ejemplo para que los organismos conozcan lo que no conviene debe hacer.

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Fuente: adslzone