En Google Play hay muchísimas imitaciones de aplicaciones oficiales que no son nada recomendables. Como es natural la gran mayoría imitan a la aplicación de Twitter y  a la de Facebook, pero no son las únicas perjudicadas. De hecho, un 1,2 % son aplicaciones que imitan a otras, normalmente a las más conocidas.

Un estudio realizado por los investigadores del antivirus Bitdefender ha comprobado como 5.077 aplicaciones de las 420.646 analizadas son imitaciones. Y claro, se aprovechan de la fama de otras para robar datos preciosos de los usuarios. Es decir, las aplicaciones de imitación ofrecen la misma funcionalidad que las aplicaciones originales, pero han sido rediseñadas para incluir bibliotecas agresivas de publicidad (a menudo referidas como SDK), ‘faros’ que se pueden utilizar para rastrear a los usuarios y también para modificar los permisos, teniendo acceso a sí a información privada tanto en los mensajes de texto como en los contactos.

Un malware aceptado por nosotros

Obviamente cuando nos descargamos una aplicación y aceptamos que esta tenga acceso a nuestros datos personales, estamos dando un permiso que, aunque luego es revocable, a veces no nos damos cuenta de lo que implica. Y si esto es ya peligroso con aplicaciones oficiales, imaginaros lo que puede ser con apps maliciosas. Es por ello que hay que tener mucho cuidado al descargarse las aplicaciones del Google Play. De hecho, con ser un poco observador se puede distinguir fácilmente una aplicación oficial de una imitación, ya que estas últimas suelen tener un color distinto a la aplicación original.

Siempre lo decimos pero es así. Por estas cosas Google Play todavía no ha conseguido ser tan fiable como el App Store en lo que se refiere a la seguridad. Querer dar tantas facilidades a los desarrolladores implica que se cuelen aplicaciones indeseables en tu tienda. Con Apple pasa lo mismo pero al revés, por querer ser tan segura, a veces se censuran aplicaciones sin un motivo lógico.

Fuente: Ars technica | softzone