No es una cosa sólo de adolescentes, sino que también una importante parte de la población joven utiliza su teléfono inteligente o tableta en la cama, justo antes de “desconectar” para dormir. Según advierten los expertos, este hábito deriva en problemas importantes que afectan al sueño y, como consecuencia, también a la calidad de vida. Las redes sociales, principalmente, están provocando que el uso de este tipo de tecnología se normalice en una situación absolutamente desaconsejada que es, como adelantábamos, en la cama antes de dormir.

Según estudios en torno a la relación entre la utilización de este tipo de dispositivos electrónicos y la calidad del sueño, la visualización de pantallas retroiluminadas es determinante para la activación de zonas concretas del cerebro que alteran, de forma notable, la calidad del sueño. Por lo tanto, tiene que ver con el uso del teléfono inteligente y la tableta, la dificultad para conciliar el sueño y, una vez conseguido, el hecho de que la calidad del mismo empeore hasta el punto de aparecer pesadillas, así como dificultades para entrar en “REM”, donde se produce el verdadero descanso. Este tipo de estudios concluyen, por otra parte, que las pantallas retroiluminadas son uno de los factores principales de las parasomnias, pequeñas interrupciones durante el sueño.

Lo más preocupante está en que la calidad del sueño, como adelantábamos, es determinante en la calidad de vida. Este tipo de alteraciones negativas sobre el sueño dan lugar a un peor rendimiento durante el día, lo que en un perfil de adolescentes de entre 14 y 16 años, en ocasiones, se traduce en dificultades para llevar el ritmo académico regular. Por lo tanto, es fundamental educar a los más jóvenes en este aspecto y tratar de suprimir el hábito de uso de teléfonos inteligentes y tabletas al menos una hora antes de irse a dormir.

 

Fuente: National Sleep Foundation | adslzone