La cuestión, y esto es lo importante, es que la cosa no va de tecnología para hacer tales cosas , que la hay siempre que -por ejemplo- Google coopere, sino de leyes. Leyes que ya le daban poder a la agencia federal de seguridad para espiar conversaciones e interceptar datos, pero que con las nuevas formas digitales como las que ha traído la nube, necesitan de una readaptación… que no es tan fácil de conseguir.

Google (por seguir citando a la principal empresa nombrada) ya se ha manifestado en anteriores ocasiones a favor de respetar la legalidad y entregar información en caso de que sea requerida por los cauces legales pertinentes. Es decir, que para intentar hacerse con esa información los agentes del FBI deberían, o pasarse al lado oscuro e intentar romper los cifrados de Google, o presionar para que la ley les permita llegar hasta donde crean oportuno. Es lo que están haciendo. ¿Lo conseguirán? ¿Importa?

La cuestión, y esto es lo importante, es que cualquier empresa que opere en los Estados Unidos debe acatar las leyes, claro, y la información de los usuarios de Google o Dropbox se almacena cada día en servidores que están en suelo estadounidense o pasan por él en algún momento.

 

Fuente: muyseguridad