El último informe trimestral publicado por la CMT (referido al periodo entre octubre y diciembre de 2012) nos deja datos evidentes de esta situación. Según indica el regulador, las redes de nueva generación (denominadas NGA) incrementaron su cobertura por todo el territorio nacional en un 20,1% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto supone que al cierre de 2012 había 13,5 millones de accesos que podían acceder a una de las conexiones que se ofertan en estas redes, generalmente de banda ancha de alta velocidad.

En concreto, la mayoría de estos hogares disponen de cobertura de la red con tecnología DOCSIS 3.0, la que emplean Ono y los operadores locales de cable R, Euskaltel y Telecable. Hasta 9,5 millones de accesos podían contar con una de estas conexiones, mientras que los de fibra óptica (FTTH) alcanzaron los 3,2 millones a finales de 2012. Hay que subrayar que este número de accesos duplicó a la cifra que se contabilizaba un año antes y está motivada en gran parte por el desarrollo de la nueva red de Movistar.

No obstante, si comparamos estos datos con los del número de usuarios que acceden a Internet a alta velocidad en nuestro país encontramos una diferencia significativa. Según los datos de la CMT, apenas 1,16 millones de usuarios se conectan con una conexión que ofrezca 30 Mbps o más como velocidad de descarga. La amplia mayoría de las conexiones de nuestro país (el 53,2%) siguen siendo ADSL de 10 megas, considerada una velocidad media.

Si bien en términos globales de banda ancha los usuarios que navegan a alta velocidad suponen un 10,2% de los que acceden a Internet en España, si se compara con el número de hogares con cobertura de este tipo el porcentaje es aun más pequeño. Solo el 8,1% de los accesos con cobertura NGA aprovechan este tipo de conexiones.

¿A qué se debe?

La pregunta que nos hacemos es qué motiva la baja demanda de este tipo de conexiones. Varios aspectos confluyen para explicar este fenómeno, pero sin duda el precio es el principal hándicap a día de hoy. Aunque la diferencia no es excesiva con el precio del ADSL, en tiempos de profunda crisis económica como los que vivimos las familias intentan maximizar el ahorro. A ello hay que unirle que a día de hoy no existen servicios imprescindibles en la Red que precisen de esta velocidad y calidad de conexión. A ello hay que unir que muchos usuarios no saben siquiera si tienen cobertura de este tipo de conexiones, algo que los operadores intentan subsanar poco a poco con campañas de información a los clientes que tienen acceso a sus redes NGA.

 

Fuente: adslzone