En palabras de Systrom, “los documentos legales son fáciles de malinterpretar”, por lo que piden disculpas por su “error al utilizar un lenguaje confuso” y, tras haber escuchado las críticas, corregirán el texto y dejarán claro que “los usuarios de Instagram son dueños de su contenido y Instagram no reclama ningún derecho de propiedad sobre sus fotos”. Además, “de momento” no tienen planes para incluir imágenes de los usuarios en la publicidad (esto sí tendrían que advertirlo claramente). Nada ha cambiado, según Systrom.

Y atendiendo a las nuevas condiciones del servicio, así es: “Instagram no reclama la propiedad del Contenido que usted publica en o a través del Servicio. En su lugar, usted otorga a Instagram una licencia no exclusiva, totalmente pagada y libre de regalías, transferible, sublicenciable, licencia mundial para utilizar el Contenido que usted publica en o a través del Servicio, salvo que usted puede controlar quién puede ver algunas de su contenido y las actividades en el servicio como se describe en la Política de privacidad del Servicio, disponible aquí: http://instagram.com/legal/privacy/“.

En resumen, lo que se dice arriba es que si tu contenido en el servicio es de carácter público, Instagram se reserva derechos para utilizar tu información desde algo tan simple como recomendarte a otros usuarios a utilizar tus imágenes en algún tipo de promoción (por poner un ejemplo gráfico, concursos temáticos patrocinados). En definitiva, nada a lo que no accedas ya en Google, Facebook o similares.

Sin embargo, justo en el párrafo de debajo dice lo siguiente: “Estás de acuerdo en que un comercio o cualquier otra entidad pueda pagarnos por emplear tu alias, tus gustos, tus fotos (con cualquier asociación de metadatos), y/o cualquier cosa que hagas, para contenidos de pagos esponsorizados o promociones, sin ninguna compensación para ti.

Ante la avalancha generada por la noticia original de CNET -y hasta el cambio oficial se han mantenido firmes en su posición-, que se expandió como la pólvora por Internet, la tibia defensa de The Verge, prácticamente el único de los grandes medios estadounidenses en intentar buscarle el lado positivo a la situación, se caía por su propio peso.

Instagram 1 Instagram se disculpa y recula, pero se blinda contra demandas colectivas

Según decía, y en esto cualquiera estará de acuerdo, qué interés puede tener nadie en comprar esas fotos de calidad dudosa que le haces a tu novia, a tu perro o a la paloma esa que aparece cuando esperas el autobús. Viéndolo así, es casi ridículo preocuparse. Pero el fondo del asunto va un poco más allá. Trata sobre la ambigüedad con la que tratan las empresas los derechos de los usuarios en lo que a su información personal se refiere, y el control de ésta que tienen.

Recoge Reuters que defensores de los consumidores acusan a Facebook de estar usando Instagram, en palabras llanas, para ver hasta dónde se puede estirar a los usuarios con su información personal. Por lo que se ve, la jugada no les ha salido bien. “Creo que Facebook probablemente está usando Instagram para ver hasta qué punto puede presionar este modelo de publicidad“, ha dicho Marc Rotenberg, Director Ejecutivo del  Electronic Privacy Information Center. “Si pueden mantener una gran cantidad de usuarios, entonces todos esos usuarios habrán accedido a que sus imágenes se utilicen como parte de la publicidad“.

No fue la única queja proveniente de expertos que se escuchó ayer, y de la Electronic Frontier Foundation al National Geographic, las críticas e incluso amenazas de abandono se sucedieron sin cesar. Y el cambio ha sido anunciado. Ahora solo falta que se lleve a la práctica. Porque todo el mundo no puede estar equivocado… ¿O sí?

Para terminar, hay un detalle muy importante que no debe pasar desapercibido: Instagram ha incluido una nueva cláusula para evitar demandas colectivas. Si el usuario acepta los nuevos términos, que entrarán en vigor el próximo 16 de enero de 2013, tendrá prohibido unirse a cualquier tipo de demanda, a menos que envíe una declaración a la sede de Facebook en los primeros 30 días desde el inicio de las nuevas normas. En este caso, ni Google, Twitter, Yahoo o el propio Facebook tienen esa cláusula.

Así, piense el lector lo que considere oportuno. Está claro que la pérdida de privacidad al utilizar servicios como Instagram con un perfil público es manifiesta, pero consentida. Asimismo, las empresas que ofrecen servicios gratuitos tienen que monetizarse de alguna manera, y no puede ser otra que con la información que consientan cederle sus usuarios. Y eso es bien distinto.

 

Fuente: muyseguridad