Aunque el ritmo de declaraciones escandalosas de personajes relacionados con el entorno de la cultura criticando la "piratería" en España ha decaído en los últimos meses, aún muchos sostienen aquello de que los españoles utilizan Internet para infringir continuamente la propiedad intelectual. Bajo este mensaje se ha sustendado el chapucero intento de poner fin a las descargas por parte de los últimos gobiernos, la llamada Ley Sinde Wert.

El citado informe del Ejecutivo comunitario parece dar la razón a quien apoya esta tesis. Según el mismo, recogido por Genbeta, apenas el 12% de los usuarios encuestados (algo más de 1.000 en total) en nuestro país reconocían pagar por contenidos con el modelo de suscripción, ya sean medios online, películas, series o documentales. El porcentaje contrasta con el 86% de los que aseguraron que nunca lo hacen y el 2% que admitía no conocer este tipo de servicios. Con el modelo de pago por visión el porcentaje es menor incluso: solo un 4% señalaron que consumen contenidos con este sistema de alquiler.

Los porcentajes están muy alejados de la situación en otros países. Letonia, Reino Unido y Malta encabezan el ranking en lo que se refiere a usuarios que acceden a contenidos de pago por suscripción. Más de la mitad de sus internautas optan por este modelo según las encuestas, lo que evidencia la diferencia con nuestro país.

Ante esta situación cabe preguntarse el porqué de unos resultados tan bajos en España. Es evidente que las descargas gratuitas a través de redes P2P, servicios de streaming o de descarga directa siguen teniendo un gran peso entre los internautas de nuestro país. Sin embargo, a pesar del paso de los años la llamada "oferta legal" de contenidos está muy estancada en lo que se refiere a variedad, por no hablar de unos precios poco acordes con la realidad que atraviesa el país y la disposición a pagar de los usuarios.

La oferta legal sigue sin despegar

Hace ya dos años nos hacíamos eco de un informe que resaltaba que la oferta de series en redes P2P cuadruplicaba a la existente en las páginas de la industria. El tiempo ha pasado y mientras la oferta en redes como BitTorrent o eMule sigue siendo ingente, incomparable a los escasos títulos que ofertan las plataformas de pago. Es cierto que han proliferado varias iniciativas de la industria, especialmente en el último año. Sin embargo, ofertar una tarifa plana con películas que no son de estreno y un reducido catálogo a un precio que suele rondar los 7 euros mensuales es a todas luces una estrategia condenada a cosechar un escaso éxito.

Por mucho que le pese al sector es desde el mismo desde el que ha de surgir una oferta atractiva y razonable. Son muchas las críticas a la supuesta imposibilidad de "competir con el todo gratis", pero o empiezan a asumir que no tienen más remedio o seguirán sin sacar partido de los beneficios que puede llegar a ofrecer Internet. El éxito de plataformas como Spotify o Netflix en otros países no es casualidad, sino fruto de dar al usuario lo que quiere al precio que está dispuesto a pagar. Hasta que esto no suceda de este modo, las siguientes encuestas que se elaboren en este sentido mucho nos tememos que seguirán deparándonos resultados similares a los de este caso.

 

Fuente: adslzone