Es curioso, pero también lógico, ya que Android 2.3, con nombre en clave Gingerbread, es la versión que utilizan el 55% de todos los dispositivos Android, y la que recibe el 28% de los ataques -en concreto su versión 2.3.6. A la zaga le sigue Android 4.0 Ice Cream Sanswich y actualizaciones menores.

Un dato que se destaca es el de las aplicaciones y páginas web fraudulentas como origen de casi todos los males. En el primer caso las culpas recaen sobre las tiendas de aplicaciones alternativas a Google Play, pues aunque las hay fidedignas, la hay que no. En algunas se han detectado incluso versiones de Opera Mini fraudulentas, que solo buscan infectar al despistado que las instale.

En cuanto a los principales ataques, son los troyanos SMS, que se dedican a enviar mensajes de pago para sacar dinero rápido e irrecuperable.

Para terminar, desde Kaspersky Lab recomiendan tener una buena solución de seguridad instalada en el dispositivo (por supuesto, ofrecen la suya) y como es natural estar al día con todas las actualizaciones de seguridad. El problema es, ¿actualizaciones de seguridad en Gingerbread? Pues no. Ni de esas ni de otras.

 

Fuente: muyseguridad