La licencia de uso de Windows 7, EULA en inglés (End User License Agreement), es una licencia que permite el uso del producto al comprador. El dueño de los derechos, en este caso Microsoft, insta al usuario final a reconocer ciertos aspectos del producto como restricciones de uso o derechos de copyright. En relación a los derechos de instalación, nos encontramos con que solamente podremos instalar la copia en un equipo, algo por otro lado, coherente con un licenciamiento mono puesto. Lo que nos sorprende en gran medida de este punto, es la limitación de uso simultáneo de hasta dos procesadores.

Una de las secciones que puede resultar más controvertida es la que habla de los servicios basados en Internet. Más concretamente cuando nos indica que la información del equipo, de los aceleradores, de las sugerencias de búsqueda y de los informes de errores, podrá ser utilizada por Microsoft para sus fines. Aunque no menos curioso es lo que se extrae de la sección del ámbito de uso.

El software es cedido bajo licencia y no es objeto de venta. Además solo nos otorga algunos derechos de uso sobre las características incluidas y nos impide entre otras cosas: utilizar técnicas de ingeniería inversa y emplear el equipo como servidor web o de archivos. En caso de querer realizar cambios en el hardware, nos advierten que la instalación podría dejar de funcionar.

A los defensores del software libre les sorprenderán la mayoría de cosas comentadas en el artículo e incluso las calificarán de inapropiadas en un sistema operativo. Lo que si tenemos muy claro es que incluso después de leer esto, mucha gente seguirá aceptando a ciegas las licencias de uso presentes en cada aplicación.

 

Fuente: adslzone