Los diplomáticos que fueron a la reunión de diputados europeos y de los estados miembros dijeron que Francia sigue insistiendo en que no habrá un acuerdo final hasta que su propio parlamento vote nuevamente sobre una nueva ley de protección de de derechos de autor el 29 de abril.

Esto será justo antes de una segunda votación en el Parlamento Europeo.

“Es absurdo. El destino de este nuevo y ambicioso marco depende ahora de una votación en Francia para restringir las libertades en Internet, que el Parlamento francés ya ha rechazado una vez”, dijo un diplomático.

“Así que ahora depende del presidente Nicolas Sarkozy el hecho de que entre en vigor un nuevo marco”. añadió.

Hay un acuerdo sobre las restantes partes del paquete de reformas, cuya autora es la comisaria de Telecomunicaciones, Viviane Reding.

La batalla sobre el abuso de los derechos de autor se ha convertido en el principal caballo de batalla entre los estados de la Unión Europea y el Parlamento Europea, que tienen que decidir conjuntamente. La cuestión no formaba parte de la reforma de Reding, que se refiere más a la infraestuctura que a los contenidos.

Para ayudar a frenar las descargas ilegales o el intercambio de material con derechos de autor, ambas partes están de acuerdo en que un proveedor de servicios de Internet debería poder rescindir el acceso de un abonado, pero sólo si se aprueba por “una autoridad legal competente”.

Esto garantizaría que los derechos de los usuarios de Internet se tomen en serio, ya que muchos diputados europeos están preocupados porque la ley francesa, apoyada por el propio Sarkozy, haría demasiado fácil cortar el acceso a Internet.

Los representantes de los estados miembros de la UE estuvieron de acuerdo en incluir una cláusula para reforzar la necesidad de una normativa legal antes de que se rescinda el contrato a un abonado, pero que sólo debe constar en el “recital” de la reforma, el prólogo de la ley de telecomunicaciones.

Esto es lo máximo que puede aceptar Francia, ya que no quiere ninguna interferencia en su propuesta nacional.

Si no se llegase a un acuerdo, las medidas podrían acabar con una tercera votación, un proceso conocido como conciliación, en el que hay un tiempo limitado para las negociaciones sobre un acuerdo final antes de que se dé por perdida la legislación.

 

Fuente desde: adslnet