En teoría el primer mensaje es el vinculante, y si nunca hemos respondido a ninguno, no nos debería pasar nada, pero desde el momento en el que decidimos participar en alguno podemos estar en problemas.

Como se recoge en el siguiente documental, una contestación a un suculento SMS que haga una propuesta atractiva al usuario, puede convertirse en un calvario del que dificilmente desvincularse.

Las empresas utilizan las informaciones posteriores como parte de un servicio informativo adicional, por el que al usuario ya le están cobrando.

La dificultad para el usuario consiste en determinar qué empresa se encuentra detrás de estas prácticas poco éticas y que concluyen con facturas que alcanzan hasta los 600 euros al mes. Pero que nadie se relaje, porque dichos SMS pueden venir puntuales como gotas en nuestra factura, aumentarnos en 10 euros o 20 euros y pasar desapercibidas entre el listado de operaciones de telefonía de nuestro período de facturación.

Jorge Mira, Director de Marketing, fue uno de los afectados, y explica cómo reclamar y cómo ayudar a los afectados desde www.reclamacionesconsumidor.com

Si recibes mensajes publicitarios, y te dedicas a ignorarlos o a borrarlos con ‘buen criterio’, todo sea dicho, aún así, revisa tu factura.

 

Fuente desde: adslnet