Ha sido durante años el inmediato perseguidor de Internet Explorer, pero ha quedado relegado a la tercera posición en el ránking de los navegadores más utilizados en todo el mundo gracias al auge de Chrome. Hablamos de Firefox, el navegador de la Fundación Mozilla cuya cuota de mercado ha retrocedido varios puntos en el último año. En concreto, su uso ha caído del 30% al 23,9% según los datos de StatCounter entre marzo de 2011 y el presente mes de julio.

Fue en el tercer mes del pasado año cuando sus responsables iniciaron una estrategia de constantes actualizaciones que, según Jono DiCarlo, desarrollador de Mozilla, ha hecho más mal que bien a la plataforma. En dicho mes se lanzaba Firefox 4, una versión que contó con una gran acogida entre los usuarios y que en teoría iba a impulsar al navegador del panda rojo a una competencia más directa con Internet Explorer. En apenas dos meses, sus desarrolladores liberaron una nueva versión para asombro de los seguidores del navegador. Firefox 5 llegaba en junio y el carrusel de versiones finales se aceleraba.

Un año después nos encontramos con que los desarrolladores del navegador han lanzado hasta ocho nuevas versiones (la actual es Firefox 13.0.1)corrigiendo pequeños fallos, aportando varias novedades e intentando optimizar el navegador de forma que consuma menos recursos que en anteriores ediciones. No obstante, lejos de haber conseguido una optimización a la altura de Chrome, el resultado ha sido el veloz adelantamiento por parte del navegador de Google en el mercado y una considerable pérdida de cuota de mercado.

DiCarlo señala que los usuarios son los primeros en quejarse por las continuas actualizaciones, puesto que muchos add-ons desarrollados para el navegador dejan de funcionar con las nuevas versiones y se muestran instrusivas cajas de diálogos como resultado de ello. "Hacer lanzamientos rápidos de nuevas versiones ha hecho que la imagen de Firefox parezca una versión inferior de Chorme", afirma.

A pesar de que una de las promesas de Mozilla para las nuevas versiones pasa por automatizar el proceso de actualizaciones de forma silenciosa, DiCarlo teme que no sea suficiente. El desarrollador asegura que los usuarios que "se cansaron" de la política de Firefox serán "muy difíciles de recuperar". Así pues, plantea la estrategia seguida como un error tremendo que tendrá consecuencias severas en cuanto a número de usuarios del navegador. ¿Creéis que la imagen de Firefox se ha visto perjudicada por el lanzamiento tan continuo de nuevas versiones sin cambios significativos?

 

Fuente: adslzone