El Blog de la CMT explica la situación que se vive en Francia en el sector móvil y nos ayuda a comprender por qué los operadores tradicionales están estirando sus actuales tarifas, muy por encima de las que ofrecen los OMV, a pesar del elevado número de usuarios que portan sus líneas. Aunque las cifras de portabilidades continúan batiendo los récords respecto a años anteriores, la reacción de compañías como Movistar y Vodafone no ha sido responder en forma de rebaja drástica en los precios de sus tarifas.

El ejemplo francés para entender esta situación se da tras el movimiento de Free, el cuarto operador móvil galo con red propia que rompió el mercado en enero con una tarifa sin igual: consumo ilimitado de llamadas (incluidas internacionales), SMS, MMS y banda ancha móvil con límite de 3 GB por 20 euros al mes. Como era de esperar, un gran número de usuarios ni se lo pensaron y se dieron de alta con la compañía. Sin embargo, desde los tres dominadores del mercado (Orange, SFR y Bouygues) no se optó por igualar la oferta sino por rebajar ligeramente los precios.

Estas compañías, aunque han visto una fuga de clientes muy acelerada en cuestión de muy poco tiempo, consideran que no pueden igualar dicha oferta si quieren "seguir invirtiendo en infraestructuras y mantener los puestos de trabajo". Esta teoría, de hecho, coge consistencia con el hecho de que Free tiene problemas para mantener su red. Pero según explica el analista Gary Kim, la simple existencia de clientes que estén dispuestos a pagar precios altos puede ser lo que motive a las compañías a no hacer rebajas similares.

Rebajar los precios de forma generalizada implica que los usuarios van a pagar menos por los mismos servicios lo que supone una disminución en los ingresos. No obstante, en ocasiones es mayor la pérdida si bajan las tarifas que si dejan escapar a algunos clientes rumbo a otras compañías. De este modo, cuando la pérdida de usuarios sea tal que no compense esta situación será entonces cuando las compañías opten por tomar cartas en el asunto en forma de desplome de sus precios.

La situación es en cierta manera extrapolable a lo que sucede en España. Los dominadores del mercado, Movistar y Vodafone, ven cómo mes tras mes los virtuales, grupo formado por operadores como Pepephone, Ono, Jazztel o Simyo, les arrebatan un alto número de clientes. Sin embargo, por ahora sus cuentas deben estar en cierta medida compensadas y de ahí se entiende que el cambio de estrategia haya pasado únicamente por el fin de las subvenciones a terminales por el momento. Será dentro de unos meses cuando se vean obligados a responder en forma de rebajas, probablemente coincidiendo con el verano.

 

Fuente: adslzone