El cierre de Megaupload ha satisfecho una de las demandas de la industria cultural y del entretenimiento durante los últimos años. Las compañías pertenecientes a este sector han insistido con frecuencia en el daño que les hacían a nivel económico los servidores de descarga directa así como las páginas de enlaces a sus contenidos. Para la industria este tipo de portales suponen, en sus propias palabras, "una competencia desleal" con la que aseguran que "no pueden rivalizar" dado que ofrecen sus contenidos gratis.

Sin embargo, la operación que ha acabado con la plataforma y ha dejado muy tocadas a las webs de enlaces no podrá ser aprovechada de forma inmediata por la industria en nuestro país. ¿El motivo? Respuesta sencilla: su oferta de contenidos en la Red es prácticamente inexistente y las webs que ofrecen películas y series cuentan con un catálogo muy reducido así como unos precios que no pueden ser calificados como asequibles.

La existencia de páginas de enlaces y el apoyo (en muchos casos contratando servicios Premium) a plataformas como Megaupload no son sino un síntoma de la realidad que se vive en España respecto a Internet. En los últimos años, la industria se ha limitado a atacar sistemáticamente a todo lo que estaba relacionado con estas webs, presionando al Gobierno para aprobar leyes antipiratería y difundiendo mensajes apoyados en cifras de dudosa credibilidad.

Su discurso se ha basado en la queja, la lástima y la rabia. Poco más. En lugar de crear una plataforma que pueda mirar cara a cara a alternativa "alegal" (puesto que ningún juez ha declarado la ilegalidad de estas webs en nuestro país), han preferido limitar sus expresiones al lamento y la crítica indiscriminada. Claro ha quedado que los usuarios están dispuestos a pagar. Se puede deducir fácilmente tras ver la aceptación que tenía Megaupload en nuestro país. Resulta pues difícilmente comprensible que con los medios y cifras que maneja este sector su única alternativa haya sido prácticamente nula.

Decimos "prácticamente" porque haberla, hayla. Un puñado de plataformas ofrecen contenidos de pago en nuestro país pero están muy lejos de cubrir la demanda real por parte de los usuarios y de ofrecer unos precios realmente asequibles. Hablamos de Filmin, Wuaki, Youzee o Voddler. Su modelo ofrece películas y series de pago, pero están lejos de ofrecer una cantidad y calidad similar a la que, por ejemplo, ofrece Netflix, plataforma de éxito en EEUU y Canadá, con 25 millones de usuarios. Aunque, por ejemplo, encontramos Youzee, que ofrece sus contenidos en formato de tarifa plana por 7 euros al mes, el catálogo está lejos de ser del todo interesante para el espectador.

Otra prueba que muestra la nula adaptación de la industria al entorno de la Red es el elevado coste de distribución que sigue imponiendo a este tipo de plataformas, lo que se traduce en una escasa aceptación por parte del público. Así pues, mientras no den su brazo a torcer y hagan un esfuerzo podrán cerrar Megaupload, cerrar webs de enlaces o apoyar la censura que seguirán sin poder aprovechar las posibilidades que ofrece Internet en forma de beneficios económicos, cosa que sí hizo, sin ir muy lejos, el creador de Megaupload.

 

Fuente: adslzone