Es el caso de GEMA, la entidad encargada de gestionar derechos de autor en Alemania, que esta semana a vuelto a saltar a la actualidad por lograr que la web de música en streaming Grooveshark se viese obligada a cesar su servicio en el país. Dicha organización, que representa a más de 60.000 artistas, compositores y editores y que "protege" a más de 1 millón de titulares de derechos de autor en todo el mundo presionó con fuerza para que los resposables del portal pagasen un canon que éstos han considerado "inasumible".

Sin embargo, el caso que ha hecho que este portal de streaming desaparezca dentro de las fronteras germanas no es ni mucho menos único en el controvertido historial de GEMA. La entidad es conocida por miles de usuarios tanto alemanes como de otras partes del mundo por la disputa que mantiene con Google. En 2009 la entidad pidió a la compañía propietaria de YouTube un canon de 12 céntimos por cada vídeo que se reprodujese en el portal de vídeos online. Desde Google se negaron a ceder ante lo que consideran una extorsión y desde entonces, GEMA obliga a retirar los vídeos de YouTube que considera infringen sus derechos de autor. Por este motivo, los usuarios alemanes siguen teniendo, dos años después de esta demanda, un acceso mucho más limitado a los contenidos del portal.

Incluso desde importantes multinacionales relacionadas con los contenidos que se exhiben en el portal se ha criticado la postura de GEMA. Sorprende ver que directivos de Sony o Universal afirmen que desde esta entidad no se haya hecho un esfuerzo por "adaptarse al nuevo entorno digital" y que por culpa de bloqueos como el que obligan a realizar a YouTube o las trabas a otros servicios como Spotify "produzcan pérdidas millonarias a los artistas".

La continua disputa entre la entidad y YouTube propició el pasado verano un ataque del colectivo Anonymous contra la web de esta organización. Tras el ataque, al acceder a su página se podían ver mensajes irónicos que afirmaban que el contenido de la web estaba bloqueado hasta que GEMA pagase un canon a los autores.

Sin duda, un caso de cerrazón ante la era de Internet que por momentos supera a la SGAE, cuyas prácticas continúan siendo habituales. Hasta el momento la estrategia de la entidad española no ha pasado directamente por la presión a los portales de contenidos sigo que ha ido centrada más bien a recaudar a través tasas impuestas a soportes, dispositivos, establecimientos o ayuntamientos. ¿Acabará por exigir un canon a portales como YouTube?

 

Fuente: adslzone