Así se pronunciaron los jefes de Estado o de Gobierno de la UE en sus conclusiones al término de la cumbre celebrada ayer y hoy en Bruselas, en las que recordaron el papel “fundamental” del desarrollo de las telecomunicaciones y de la banda ancha en términos de inversión, creación de empleos y recuperación económica de Europa.

En ese sentido, señalaron que se deben tener en cuenta los riesgos que asumen las empresas inversoras con idea de promover la “innovación y una inversión eficaz en una infraestructura nueva y reforzada”.

En ese punto, destacan que “deberían permitirse diferentes acuerdos cooperativos” entre inversores y las partes que buscan acceso a esas infraestructuras para diversificar los riesgos de inversión.

Todo ello, a la vez que se garantiza el “mantenimiento de una estructura competitiva y del principio de no discriminación en la totalidad del mercado”.

En ese contexto, los países europeos han pedido a la Comisión que desarrolle una estrategia europea para las redes de internet de alta velocidad antes del fin de este año, en estrecha cooperación con las partes interesadas.

La comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, celebró al término de la cumbre la “visibilidad” que los países han dado al papel que la Unión Europea puede desempeñar en la promoción de la banda ancha entre todos los ciudadanos.

Creemos firmemente que necesitamos más inversión en redes de internet de alta velocidad en línea con las leyes de competencia y sin discriminar a otros competidores“, indicó la comisaria en una declaración.

Asimismo, consideró que el enfoque expresado por el Consejo Europeo constituye una “solución equilibrada” para que ningún país de la UE vaya “en la mala dirección”.

Alemania insistió en incluir en las conclusiones del Consejo una referencia a que se permitan pactos entre compañías a la hora de invertir en nuevas redes de banda ancha.

En cambio, los países nórdicos, el Reino Unido, Holanda, la República Checa, Italia o Francia defendieron incluir un párrafo para asegurar que esos acuerdos de inversión conjunta no privilegien a ninguna compañía, mientras que países como España decidieron abstenerse en ese punto.

Actualmente, los operadores dominantes en la UE deben permitir el acceso a sus redes a sus competidores a un precio que marcan los reguladores nacionales.

Esas empresas consideran que, dado el gran esfuerzo de inversión necesario para dotar a Europa de nuevas líneas de internet de alta velocidad, los operadores alternativos deben compartir parte del riesgo financiero que supone la operación.

Los grandes operadores han pedido reiteradamente a la UE que la nueva regulación del sector de las telecomunicaciones que tramita actualmente -y que votará la Eurocámara en segunda lectura en abril- tenga en cuenta la necesidad de compartir esos riesgos.

 

Fuente desde: adslnet