España junto a Malta y Finlandia son los únicos países que tienen una legislación por la que existe una velocidad mínima de conexión, que en España es de 1MB por segundo, en tanto las legislaciones de otros países son diferentes.

Pero ¿por qué no ha sido aceptada? La respuesta es muy sencilla, existen demasiadas diferencias entre las capacidades de Banda Ancha de los países como para implementar una norma general para toda Europa, pues los costes de montar la infraestructura para lograrlo serían elevadísimos.

 

Fuente: adslayuda