Una de las principales alternativas a Spotify en la Red vuelve a estar en el punto de mira de la industria discográfica. Grooveshark vuelve a ser noticia y no precisamente por la renovación de su interfaz. El motivo es la petición en Dinamarca para el bloqueo de su servicio por parte del mayor grupo antipiratería del país. En concreto se ha solicitado el bloqueo DNS con el fin de que su servicio sea inaccesible en todo el país. Así lo leemos en Torrentfreak.com, donde se destaca lo excepcional de esta solicitud al tribunal del país.

"Cuando se quiere ofrecer música en el mercado danés, uno debe tener un acuerdo con los titulares de derechos para hacerlo", explicaban los responsables de este grupo en su petición al tribunal, destacando que "Grooveshark ha tenido una falta completa de cooperación". Incluso se llega a afirmar que en caso de continuar la actividad de la plataforma "el mercado va a morir".

No es la primera vez que se acusa a este servicio de infringir derechos de autor, a pesar de contar con acuerdos con EMI y una docena de productoras. Su política es similar a la que tienen otras plataformas como YouTube, que retira los contenidos siempre que los titulares de los derechos de autor lo soliciten. No obstante, el enorme volumen de contenido que se sube diariamente complica la rápida actuación de Grooveshark en este sentido.

Desde el Partido Pirata del país nórdico, su presidente Troels Moller ha querido defender al servicio de música. "La industria del copyright quiere tener un control total", explica señalando al competidor directo de la plataforma como responsable de esta persecución. "La razón es el lanzamiento en Dinamarca de Spotify, en parte propiedad de las compañías de discos. Es un momento muy conveniente para deshacerse de la competencia", asegura Moller.

De este modo, la polémica vuelve a estar servida. ¿Hasta qué punto tiene razón la industria discográfica en petir el cierre total del servicio? ¿Está realmente Spotify detrás de esta controvertida solicitud? El bloqueo del acceso a Grooveshark marcaría un peligroso precedente, puesto que abriría la puerta a que suceda o mismo con otros servicios como el citado YouTube e integrando en el mismo saco a los contenidos que infringen el copyright como a los que no, lo que a todas luces sería un claro ejemplo de censura preventiva en la Red.

 

Fuente: adslzone