R. (Se ríe) Al final se ha demostrado que el llamado «canon digital» [o compensación por copia privada] son cuatro duros. Los productos que llevan canon son los que más han bajado de precio en 2008. Han descendido los precios de los MP3, los precios de los soportes, los precios de los aparatos de grabación…

P. ¿Sigue cobrando derechos de autor?
R. Sí, unos 4.000 euros al año. Mis ingresos se deben a un disco de rock progresivo llamado Ciclos, que sigue siendo una obra de culto en Japón o Corea –allí son muy serios y compran el disco original–, y a la canción Get On Your Knees (ponte de rodillas) y a Peppermint Frappé, tema incluido en la película de Saura del mismo título.

P. En la SGAE lleva la batuta con mano firme. ¿Le ha faltado mano izquierda o acaso le ha sobrado prepotencia?
R. Todo lo contrario. Nunca me habrán oído ni una sola declaración prepotente.

P. Ahí va una: «Cualquier pendejo electrónico está construyendo la nueva democracia digital». ¿Lo mantiene?
R. Quería decir que cualquiera que tenga un módem y un ordenador parece que está construyendo la democracia digital. En el mundo hay gente seria y responsable y otros que son unos… pendejos, como decimos en Canarias. No es Internet lo que permite fabricar la nueva sociedad, sino el uso inteligente de Internet, y es importante enseñar a utilizar esa herramienta.

P. Perdone, ¿es usted el «ministro no oficial de Cultura»? Así lo cree Enrique Dans, profesor de Sistemas de Información en el Instituto de Empresa y gurú de Internet, quien además considera a César Antonio Molina «el ministro de la SGAE»...
R. Bueno, este señor es un imbécil o un inane, o cualquiera de las dos cosas. Llamarme a mí «ministro de Cultura» es una estupidez, y llamar a César Antonio Molina «ministro de la SGAE» es un insulto.

P. Tiene 65 años y lleva 32 vinculado a la SGAE, los últimos 14 como presidente ejecutivo: ¿piensa en la retirada?
R. Todos los días; en la SGAE no hay nadie indispensable. Creo que hay gente que lo puede hacer mejor que yo, lo que pasa es que a mí me divierte. Yo soy como Alierta [presidente de Telefónica]: cada vez que se reúne la junta directiva, y lo hace cuatro veces al año, me puede mandar a mi casa. Si esto ocurriera, encontraría cosas muy divertidas que hacer.

P. ¿Por ejemplo?
R. Me gusta pasear por el campo, ordenar mis discos y libros... Buena parte de mi tiempo libre lo empleo en ordenar notas cronológicamente y ahora estoy escribiendo mis memorias. Bueno, no sé si son memorias o un ajuste de cuentas, ja, ja.